II VENTURAS Y DESVENTURAS DE UN PREVENCIONISTA (Homenaje a Gila)

Desconozco los motivos que me llevaron a estudiar una carrera técnica del sector de la construcción, pero años después allí estaba, con un montón de buena gente, intentando engordar mi cuenta corriente y la de la empresa, ejecutando las obras lo mejor que podíamos o sabíamos, dentro de unos plazos razonables y con todas las medidas de seguridad que conocíamos o inventábamos “in situ”, éramos “cuasi” una familia y a nadie nos hacía ni pizca de gracia el ir a visitar a alguien al hospital o tener que ir a un entierro. La verdad es que tuve la suerte de estar rodeado de profesionales, muchas obras ejecutadas con un saldo de algún accidente por sobreesfuerzos.
Ahora la cosas han cambiado y mucho, malos presupuestos para defender, plazos incumplibles, poco profesional o mucho según se mire, ya que preguntas y TODOS son oficiales de 1ª y lo peor de todo, poco o ningún responsable a pie de obra, Jefes de Obra compartidos con 5 obras e incluso encargados en esta misma situación.
Todavía recuerdo cuando decidí realizar el Curso de Coordinador allá por el 98, cuanto mejor era el ponente ( y los hubo realmente buenos) más recelosos nos volvíamos todos e incluso le pusimos plazo para cumplir las expectativas propuestas por ellos, el año 2005 y la verdad es que nos quedamos cortos, seguramente en más de 10 años.
Pues nada, durante un tiempo me dediqué a la Coordinación en fase de ejecución. Era bonito ver lo mucho que se acordaban de mi madre los contratistas, subcontratistas y muchos trabajadores, aunque desgraciadamente equivocaban la profesión de la mía con la de la suya, pero ya se sabe, un error lo tiene cualquiera.
Tras torear en esta plaza varios años, opté por cambiar de aires, conocer nueva gente y sobre todo nuevos procesos productivos. Por ir probando primero me saqué el Nivel Básico, después el Intermedio y para terminar me hice un master del universo de prevención, por el precio desorbitado, no por la calidad del mismo. Todavía me sorprende que con 30 horas presenciales me diesen un diploma de 600 horas y con 10 horas más, me lo ampliasen a otras 2 especialidades, eso sí, previo paso por caja, es decir, que como haga medicina y saque la especialidad de medicina en el trabajo, los voy a tener todos, bueno, me faltaría el de riesgos “profesionales” pero tiempo al tiempo.
La verdad es que no conozco a nadie que haya suspendido un master de éstos, de hecho hubo gente de mi curso que conocí el día de la entrega de diplomas. Por lo menos, sorprendente.
¡¡Que me pierdo!!
Con mis numerosos diplomas y títulos, que por cierto no garantizan en ningún caso conocimiento, en mi afán por conocer gente y nuevos procesos productivos, fui contratado por un Servicio de Prevención Ajeno. Gente, la verdad es que conocí mucha por no decir multitud, pero no en trabajo de campo o “in situ” sino de lo poco que duraban mis compañeros en su puesto, muchos, más bien machismos, pulularon por la oficina/almacén.
Tiempos muy divertidos, era como jugar a las sillas pero con ordenadores, 20 técnicos y 11 ordenadores, maricón el último y a hacer las evaluaciones a la vieja usanza, papel, bolígrafo y regla.
Jamás supe cual era mi función en el trabajo, desde comercial muy malo, pasando por teleevalaución o evaluaciones a destajo e incluso mentalista y/o adivino, porque fui capaz de hacer más de 300 evaluaciones de riesgos sin pisar una sola de las empresas a la que se lo realizaba, mi mote pasó de “el gafe” al “corta-pega”. Aparte de ser el Técnico de prevención asignado, según un papel que circulaba por la oficina, a 178 empresas, de las cuales 50 caían a más de 300 Km. de la oficina y ni sabía donde estaban 120.
El que quizás sabía muy bien su puesto era mi jefe, cuando entré tenía un Renault, cuando me marché, circulaba con un Audi A8 y tenía un chalet en la Sierra.
De todas formas, mi jefe no era mala persona, en el fondo creo que era una reencarnación de los traficantes de negros allá por el ………………, de hecho y preocupado por lo encerrado que estaba y mi necesidad de conocer nuevos procesos productivos, me encargo dos trabajitos con tiempo: El primero, LA EVALUCION DE RIESGOS DE UN PUTICLUB, que ilusión y que sin vivir, desde la seguridad, pasando por los riesgos biológicos y terminando con la ergonomía. Me estudié todo sobre el tema, para ir preparado y allí me fui con el Kamasutra para dar una charlita, si se terciaba, a las trabajadoras desde el punto de vista de la ergonomía. Mi gozo en un pozo, las trabajadoras son todas autónomas y la evaluación era la del maromo de la puerta, más bien gorila (no me consta que la 31/95 incluya a los animales) y lo camareros. Hasta donde yo sé, mi mujer está muy agradecida al encargo de mi ex Jefe.
Y de la otra de producción/ventilación, me tocó la mundial, hacer una medición de ruido a una orquesta sinfónica durante un ensayo …………………… sin comentarios, el aparato registró niveles que jamás había recibido y literalmente feneció. Yo pasé del “gafe” o el “corta-pega”, al “sordo”.
Cansado de conocer tanta gente y tantos procesos productivos, por exigencias de la inspección de trabajo, fiché por una empresa constructora mediana/pequeña, por la facturación no por el número de opearios (198), como técnico de prevención y la verdad fue, como diría Enrique Iglesias, “una experiencia religiosa”, de hecho volveré a la empresa cuando el gerente aprenda a leer, porque sumar sabía de sobra.
Finalmente, tuve varias opciones, desde hacerme ermitaño hasta volver a mis inicios como Jefe de Obra y opté por la directa, fiché por una gran empresa de servicios de limpieza, como peón y me ha tocado la limpieza de playas e islas.
LA HOSTIA, mis paseos por la playa todas las mañanas, mis viajes en barco para la limpieza y a partir de las 15 h., LIBRE para hacer lo que me dé la gana, disfrutar de mis hijas o hacer el pino del revés, etc., etc.

FELIZ DIA DE LOS INOCENTES, AMIGOS PREVENCIONISTAS.

P.D.: Lo anteriormente expuesto no es ciencia ficción, es real en gran medida. Agradecer a muchos prevencionistas el haberme contado muchas de las historias que forman parte de este texto. No es una inocentada, ES PREVENCIÓN y yo tampoco soy así, FUE DEL GOLPE QUE ME DÍ EN LA CABEZA.