Displays

Se usan principalmente cuando el sistema visual está sobrecargado. En general se suelen usar como señal de advertencia. Otra ventaja es que no necesitan estar colocados en el lugar y dirección determinados. Por otra parte, el efecto de máxima alerta se consigue con la puesta en marcha de un elemento de alta intensidad sonora.

Resumiendo cuando:

Lo que sigue es una parte de mi libro sobre “Ergonomía visual”. Madrid. Debate 2000. pp 51-53

1. ERGONOMÍA Y USO DE LA ESTIMULACIÓN VISUAL.

Como se indicó en el apartado 1.2, el principal objetivo de la ergonomía es optimizar el flujo de información hombre(s)-máquina(s). Para lograrlo lo primero que debe decidirse es qué tipos de estimulaciones han de transmitirse por un sistema sensorial concreto. Aunque nuestra especie disponga de otros sistemas perceptivos, en la mayor parte de las ocasiones la disyuntiva a dilucidar es la de si la transmisión de la información ha de realizarse a través del sistema auditivo o del visual. Para tomar esta decisión es útil recordar algunas características fundamentales de la visión humana:

1. La visión de nuestra especie dista de ser panorámica y se caracteriza por tener una importante área ciega. La extensión del campo visual apenas supera los 180 grados en el eje horizontal.

2. La visión de nuestra especie es funcionalmente inhomogénea. Su máxima eficacia se concentra en las partes del entorno miradas directamente y proyectadas en la mácula (área de visión nítida). La eficacia de las restantes áreas es tanto menor según aumenta su excentricidad respecto a la mácula.

3. La visión es operativa tanto para las superficies estáticas como para las que lo están en movimiento. A diferencia de lo que ocurre con los restantes sistemas perceptivos, el visual es el único capaz de proporcionar información sobre lo que esta distante y carece de movimiento.

Por comparación, las características del sistema auditivo se puede resumir de la siguiente manera:

1. La audición es panorámica y homogénea. Esto es, permite obtener información desde cualquier dirección (se puede escuchar una conversación que se produce a nuestras espaldas) con, aproximadamente, el mismo nivel de calidad.

2. La audición sólo es operativa en respuesta a las superficies que vibran y, por tanto, es informativamente “ciega” a la mayor parte de las que pueblan nuestro entorno. Muy importante, puesto que la vibración es un fenómeno limitado temporalmente (carece de perdurabilidad), también lo son los mensajes auditivos. (a diferencia de lo que sucede con los mensajes escritos, los hablados sólo están a disposición del oyente durante el intervalo en el que se emiten).

Obviamente, la decisión de transmitir un mensaje a través de la audición debe tomarse cuando las características de esta y las del entorno favorezcan la funcionalidad de las señales auditivas sobre las visuales. Esto sucederá cuando:

1. El sistema visual no sea operativo. Tanto cuando el exceso o defecto en la intensidad de la señal visual hagan difícil su utilización, esta debe ser sustituida o complementada por una señal auditiva informativamente equivalente.

2. El observador cambie constantemente de posición. En muchos entornos es imposible saber hacia donde mirará el trabajador en un momento determinado, por lo que un mensaje visual podría proyectarse en una zona de la retina alejada de la mácula o en alguna porción del área ciega.

3. El mensaje requiera una respuesta inmediata. En las situaciones de alerta-alarma la seguridad del trabajador requiere la realización inmediata de ciertas acciones. El carácter panorámico de la percepción auditiva es un factor decisivo a favor de su utilización en estos casos.

En contraste con las situaciones señaladas, debe preferirse la presentación visual de la información cuando:

1. El sistema auditivo no sea operativo. Cuando el exceso o defecto en la intensidad de la señal sonora hagan difícil su utilización, esta deberá sustituirse o complementarse mediante una estimulación visual informativamente equivalente.

2. El mensaje a transmitir sea complejo. La principal limitación de la estimulación auditiva es su poca perdurabilidad. Debido a este hecho, el observador depende en gran medida de su memoria para utilizar la información contenida en la estimulación acústica. Cuando el mensaje es de interpretación simple (como el referido a la realización de una acción concreta) este hecho no plantea problemas, pero si lo hace cuando es complejo. Se ser así, sólo la perdurabilidad de la estimulación visual (p.ej. la de un texto impreso) permite al trabajador el uso flexible y adecuado de la información.

3. El mensaje deba ser relatado a un tercero. Dentro de los estudios de la licenciatura de Psicología es costumbre realizar un sencillo experimento relacionado con la teoría del rumor (Allport y Postman, 1953). En él se transmite un mensaje a un estudiante para que, a su vez, lo relate a un tercero, este a un cuarto y así sucesivamente: Cuanto mayor es el número de participantes, y la complejidad del mensaje a transmitir, mayores son las probabilidades de que su versión final guarde poca relación con la original. El origen de este resultado radica en las alteraciones que puede sufrir cada vez que es almacenado en la memoria de uno de los oyentes, ya que esta no se limita a almacenar pasivamente la información recibida sino que la estructura de acuerdo con los esquemas mentales del oyente. Tal estructuración produce mayores distorsiones cuanto mayor es la complejidad de lo transmitido.

Las consideraciones efectuadas en este apartado respecto a cuando preferir la transmisión visual de información no deben utilizarse como normas incuestionables ni servir de excusa para anular el pensamiento crítico de quién las lea. Para fomentarlo este apartado concluirá resaltando los dos siguientes hechos: (1) Son muchas las situaciones en las cuales puede, y debe, darse una simultanea transmisión viso-auditiva de la información. (2) Las limitaciones de cada sentido pueden a menudo superarse mediante una evaluación inteligente del tipo de información a transmitir y de la forma en que puede hacerse. Pongamos un ejemplo concreto en apoyo de lo que se acaba de afirmar.

Supóngase que se está diseñando el sistema de alarma de un entorno de trabajo y que, logicamente, se desea que los trabajadores sean conscientes de la existencia de un peligro grave con la mayor rapidez posible. Atendiendo a los criterios señalados anteriormente parece incuestionable la conveniencia de informar auditivamente sobre la existencia del peligro, ya que el carácter panorámico y la homogeneidad de la percepción auditiva garantizan la recepción de la señal con independencia de la posición ocupada por el trabajador. Siempre y cuando, es importante indicarlo, este carezca de cualquier disfunción que le dificulte la recepción de la señal auditiva. De ser así, no habría más remedio que utilizar estimulación visual simultánea y concordante a la auditiva. Sin embargo, ¿como garantizar la recepción de la señal visual de peligro si se desconoce donde pueden estar mirando los observadores en un determinado momento?. Una solución puede ser la de operar sobre el sistema de iluminación para que la situación de peligro produzca una oscilación en su intensidad que sea fácilmente apreciable pero que no dificulte la realización de las actividades que se ejecutan bajo control visual.

Los dispositivos visuales se prefieren a los auditivos cuando el medio ambiente que circunda un determinado puesto presenta niveles que no permiten su distinción, cuando el trabajador presenta algun deficit auditivo, cuando el ambiente lumínico del espacio permite un mejor reconocimiento de este al auditivo (reflexiones, colores,etc)