Prueba por empezar recopilando información sobre el producto o los productos que van a ser almacenados. Cuales son los riesgos que implica su almacenamiento y las medidas preventivas que se deben adoptar. Hazte con la ficha técnica del producto. En función de esa información pocede con el segundo paso, características del depósito. Debes tener también en cuenta el lugar de ubicación, las condiciones climáticas del lugar, la frecuencia de trabajo y/o del paso de personal, etc. Ten en cuenta también las revisiones peródicas del depósito y de todos sus sistemas de seguridad, el recilcaje del producto sobrante si lo hubiera, el impacto ambiental, etc.