Si no teníamos bastante con los nuevos riesgos emergentes, lipoatrofias, etc., ahora nos llega la apnea del correo electrónico. La investigadora Linda Stone ha abierto la caja de Pandora al descubrir, que en el uso del correo electrónico, se produce un cambio en la frecuencia de respiración como consecuencia de la tensión que supone la apertura de un nuevo correo o responder con un nuevo mensaje. Y esto, a la larga, parece que tiene sus riesgos…
Como medidas preventivas, de momento, no hay más que tomarse las cosas con calma.
Para quien quiera más información sobre el tema aquí tenéis el link. Por cierto, respirad con normalidad…
Saludos.
Equipo Ergow
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