Los productos químicos utilizados en el hogar son muy diversos, pero básicamente sus riesgos son de dos clases:
A) Incendio: Una gran variedad de productos emplean solventes inflamables o combustibles y, por lo tanto, deben emplearse siguiendo todos los requisitos para el manejo y almacenamiento de estos productos como: guardarlos en lugares frescos y ventilados, no utilizarlos cerca de llamas abiertas u otras fuentes de calor, no desechar los envases en el fuego (sobre todo los aerosoles cuyo contenido está envasado a presión), etc.
B) Toxicidad: En principio, casi todos los productos químicos son tóxicos en mayor o menor grado. Es así que pueden producir envenenamientos (efecto agudo) o daños a la salud a largo plazo después de su uso prolongado (efecto crónico). Por ello se deben seguir todas las normas de higiene personal en cuanto a su utilización.
En general, siempre se deben seguir estrictamente las recomendaciones impresas por el fabricante en los envases de dichos productos, a fin de evitar los riesgos implicitos en su almacenamiento, manipulación y disposición.