Prevención. Hasta dónde.

Estimado Tribi. El empresario, en su deber y obligaciones legales, ha de velar en todo momento por la seguridad y salud del trabajador. Ello ha de hacerlo en base a unos principios preventivos (Art. 14 LPRL) y cuando un riesgo se evalúa, es porque no se puede evitar en ese momento, necesitando la adopción de unas medidas correctoras, las cuales ha de llevar a cabo en un tiempo establecido (planificación de las medidas).

El empresario siempre ha de llegar hasta el final en la adopción o implantación de esas medidas, esto es, ha de acabar con el riesgo en su origen; riesgo que provoca un peligro y tiene consecuencias. Ten presente que si no existe un riesgo, no hay peligro.

Ahora bien. También hemos de tener presente que existen riesgos adicionales, secundarios, al riesgo principal. En este caso, al no poderse evitar dicho riesgo en su totalidad, han de tomarse medidas individuales eficaces (aunque siempre primen las colectivas) para reducir el riesgo adicional existente y con ello se reduce el peligro el primero, pero aparece el segundo. Ej.: Trabajo en altura = riesgo caída a distinto nivel. Aún aplicándose todas las medidas preventivas colectivas e individuales, el riesgo de caer al piso o al vacío, seguirá existiendo pues no se puede controlar al 100%, pero sí se disminuye enormemente el riesgo de este accidente si todos colaboramos. Los primeros en hacerlo son los empresarios y los trabajadores.

En cuanto al presupuesto de que disponga el empresario, olvídate, pues de tener que arreglar, si es el caso, un centro de trabajo entero deberá hacerlo o se lo cerrrarán, además de sancionarlo. Así pues, a muchos les resulta más beneficioso alquilar nuevas instalaciones que reparar las enormes deficiencias que presentan las suyas. Y si se trata de lugares de trabajo móviles o variables (construcción) deberá reponer, cambiar o comprar todo aquél equipamiento deteriorado.

El tema económico tan sólo te afecta en cuanto a que tienes un cliente y si quieres mantenerlo has de sugerirle lugares donde pueda obtener un beneficio al salirle más económico, así como planificar las medidas en un tiempo considerable. No hacerle llevar a cabo todas de golpe y en el mismo mes. Hay que priorizar, según los riesgos que encuentres.

Pero, en definitiva, siempre ha de perseguirse evitar el riesgo y no el peligro. Consiguiendo el primer objetivo, no existe el segundo. El cumplimiento de la adopción de las medidas correctoras ha de llegar hasta paliar el riesgo o, en su defecto, reducirlo al máximo.

Un saludo.

Marian

Viendo lo que hay por ahí, hasta evitar responsabilidades administrativas, civiles y penales, que ya es bastante.

¿Hasta donde? pues hasta evitar o reducir todos los riesgos no triviales.

Pues debes priorizar, pero ten en cuenta las posibilidades del empresario para realizar la planificación de la actividad preventiva. No todas las acciones correctoras tienen porqué ser caras, y no todas tienen porqué ser definitivas. No se puede atacar todo a la vez.

Ejemplos:

Si no hay presupuesto para instalar un sistema automático de manipulación de cargas, pues se tendrán que estudiar alternativas, como realizar una formación al personal, reducir el peso de cajas, manipulaciones entre dos personas, etc.

Si no te llega para sustituir un disolvente tóxico, pues tendrás que realizar una extracción, o dar equipos de protección y formar al personal sobre su uso.

Es decir, no vas a hacer que el empresario quiebre, simplemente, estudia las alternativas. Las más baratas pueden ser soluciones provisionales que, una vez resueltos problemas más graves, se pueden mejorar.

Es decir, después de mejorar la manipulación de cargas (con formación, con reducción del peso, con manipulaciones entre varios, etc.) se habrá reducido el riesgo, por lo que habrán otros más prioritarios.

Después, cuando hayas reducido los otros, podrás dedicar un presupuesto mayor a evitar la manipulación, con sistemas de manipulación automatizados, etc. (Con lo que posiblemente, puedas desligar a algún trabajador de esa tarea y dedicarle a otra de mayor valor añadido).

Un saludo.