Nueva Directiva (Campos Electromagnéticos)

Buenos días,

Precisamente tenemos un lugar de trabajo donde hay una gran cantidad de servidores (zona de 200 metros cuadrados aproximadamente) y aunque el lugar esta habitualmente cerrado, hay una persona que esta habitualmente dentro de esta zona, y el resto de personal esta situado fuera de esa zona pero entre 3 y 20 metros de la zona de servidores.

El local esta situado en un sótano – 1, y desde que se creo hace 5 años, tanto la persona que esta dentro de la zona como el personal que esta fuera se quejan de ruido y de dolores de cabeza. Es cierto que hace ruido, lo hemos medido y son una 60 db continuos, no es un inclumplimiento según la norma, pero si que es molesto. En cuanto al dolor de cabeza no sabemos el motivo, pero la gente intuye que podría ser por los campos electromagneticos. También nos pasa que habitualmente nos enrampamos cuando tocamos algo metálico.

Hemos realizado mediciones de temperatura, humedad y CO2 y nos sale bien excepto la humedad que nos sale baja.

A que creeis que puede ser debido los dolores de cabeza, a los campos electromagneticos?. ¿Como podriamos medirlos?, conoceis alguna empresa que mida esto?, ¿que legislación hay al respeto?

Como veis estamos bastante perdidos.

Gracias y saludos

De hecho, lo que ha señalado Carloss es un horizonte en el ámbito de las ciencias de la salud.

Hace poco se ha liado una tremenda en los USA debido a que la Administración de Salud Mental había roto con la Asociación Americana de Psiquiatría porque en su manual de diagnóstico se incluían una serie de cuestiones que ahora no vienen al caso tratar, pero el asunto es que la salud en un sentido amplio requiere abordar el caso de manera individual, especialmente en lo que a salud mental se refiere.

La estadística como herramienta nos permite tener unos valores de referencia que para parámetros biológicos sirve de mucho. Por ejemplo, los valores de células sanguíneas.

En psicología tenemos el problema de aplicar de manera exquisita la metodología estadística, intentando fundamentar con la mayor atención el método científico y usando potentes herramientas como si de una ciencia fuerte se tratara, pero eso hace que derivemos hacia paradigmas que no explican la realidad. La psicología es una ciencia sin objeto, pero es una ciencia. El hecho es que no es una ciencia que resulte sencilla, pero con el contexto adecuado, podemos poner en adecuada perspectiva la cuestión y hacerla útil.

En el caso de los CEM, no parece estar muy claro el asunto. El efecto “nocebo” no es otra cosa que el fenómeno de sugestión de toda la vida, usado desde que el hombre es hombre.

Y no es más que la necesaria atención que debemos prestar sobre la biografía del sujeto. Esa biografía tiene “impresa” una historia de aprendizajes, de formas de responder, etc. y eso hace que aparezcan ciertas pautas y patrones de comportamiento.

Muchas veces es la propia persona la que alimenta los dolores con su propia concepción de la situación. Esto ya lo descubrió B.F. Skinner hace décadas y es lo que hoy conforma la base de la tercera generación de terapias conductuales.

Respondemos al mundo que creemos, no al real. Eso hace que la gente pueda experimentar variaciones en sus respuestas orgánicas, como por ejemplo, puede ser la eficiencia de la respuesta inmunitaria.

Todo estresor influye sobre el organismo y a veces nos podremos encontrar situaciones donde, por separado y de manera lineal, tenemos valores a veces muy por debajo de los niveles máximos. Eso no debe hacernos pensar que ahí se acaba el trabajo, sino que deberíamos plantearnos si todos estos agentes no tendrán efectos aditivos y estaremos ante un efecto sinérgico.

Podríamos tener que la sensibilidad a un agente estresor como por ejemplo, polvo ambiental, no sea un problema para un trabajador. Pero resulta que un día comienza a tener problemas con la parienta y empieza a manifestar problemas respiratorios que el médico relaciona con ese polvo. Medimos y observamos que el nivel de polvo no supera valores límite, pero la respuesta es evidente: el señor se ahoga.

Investigamos esta situación y vemos que hay una hiperreacción del árbol respiratorio, posiblemente generada por la presencia de un irritante real (el polvo) a la presencia de una situación que “sensibiliza” al organismo (ansiedad, expectativas, entorno social, etc)

El tratamiento de la situación no debe quedarse sólo en una parte de la ecuación como sería un tratamiento exclusivamente médico, sino que el médico debería conocer al menos las puntas del iceberg mentales y derivar a psicología al paciente.

La salud es un 33% biología, un 33% psicología y un 33% factores sociales, según como nos dice la OMS.

Saludos