INDICES FALSEADOS

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Podemos hacernos tontos, pero no creo que lo seamos; al menos estaríamos en un grado inicial.
Las compañías multinacionales, y otras que aún no siéndolo tienen un determinado tamaño y aspiran a serlo; tienen bien definidas sus políticas de gestión en todos los ámbitos, con el establecimiento de objetivos; en PRL también.

Como no se busca la inmensa tontería utópica de los “cero accidentes”, lo cual es un error; porque una utopía es algo que se desea alcanzar y que nos mueve a intentar conseguirlo, pero sabiendo que nunca se llegará a ella.
Pues bien, algunos directivos se creen que es posible, y establecen sueldos de jefes de departamento con una parte variable, que depende -entre otros aspectos- de los resultados de accidentalidad.
Eso, que en principio parece algo positivo y que camina en la dirección de integrar la PRL en la gestión empresarial, se traduce en la práctica en el intento por un lado de hacer las cosas bien para bajar los índices, y por otro en la ocultación de los accidentes que ocurren; todo ello por plantear objetivos irreales.

-Forzando a los médicos de las mutuas a dar altas o no dar bajas en función de determinados acuerdos privados, pero incumpliendo su deber como médico del sistema nacional de seguridad social. De esta forma, el trabajador no causa baja y permanece en la empresa pero realizando trabajos no correspondientes a su puesto.
-Forzando a los médicos de las mutuas a no admitir determinados tipos de accidentes, y derivarlos al servicio público de salud; y si el trabajador no reclama, eso que ganan ambos.
-Forzando al trabajador accidentado a quedarse en casa, porque la empresa le sigue pagando como si trabajara.
-Forzando hasta el acoso a trabajadores que se han accidentado más de una vez, intentando el despido; para que otros intenten por ellos mismos ocultar sus accidentes.

Esto se sabe, y en mi caso por conocimiento directo de personas que conozco. Incluso en empresas a las que es cierto que no se les puede discutir sus grandes esfuerzos -estos sí- por mejorar las condiciones de trabajo.

Lo que ocurre es que la famosa regla del 80-20 funciona (y para conseguir mejorar el último 20% hace falta un 80% del esfuerzo; y algunos toman atajos, y otros incluso llegan a hacer trampas, viendo que el último 1%, ése que daría el “cero accidentes” es imposible.

Por ello, los que respetamos la ética y la ley, tenemos que seguir mejorando, pero tranquilos por no poder llegar a los 10000 días sin accidentes que, dicho sea de paso, no es tampoco cierto porque se refieren siempre a accidentes con baja (parece que los accidentes sin baja no cuentan, y sin embargo existen).

Es exactamente igual que cuando pierdes una carrera con alguien que se ha dopado.