Las pruebas de inspección, que se desarrollarán estos días, serán remitidas a los miembros del Comité Científico, que las valorará y decidirá todos aquellos análisis e investigaciones adicionales que, “con total libertad e independencia, estime necesarios realizar”, añadieron dichas fuentes en un comunicado.
La finalidad del protocolo inicial de Inspección de Sanidad Ambiental se centra en el entorno del colegio, su situación los edificios, el abastecimiento, las aguas residuales, los residuos sólidos, y las sustancias químicas, entre otros.
Los técnicos analizarán también la existencia de actividades industriales en trescientos metros alrededor del centro, la posible existencia de otros focos contaminantes, y si el suelo está potencialmente contaminado, además de trazar un plano en el que se sitúen todas las actividades y se precisen las distancias al colegio.
Sobre la situación de las instalaciones, investigarán si en el asentamiento del centro educativo existe alguna peculiaridad de tipo geológico, hidrogeológico u otros que pudieran conferirle al recinto escolar alguna característica. Los expertos comprobarán además si los edificios construidos son de materiales adecuados, la potencial existencia de aislamientos de amianto, si el tejado es de uralita, y la posibilidad de problemas de alumninosis.
En cuanto al abastecimiento, los especialistas se centrarán en la red municipal, la existencia de pozos autónomos, o si pueden afectar a la calidad del agua las actividades industriales de esta área, además de analizar los depósitos, la red y el control de la realización o no de canales internos distintos a los de la red del agua.
La conexión a la red de alcantarillado municipal centrará el estudio sobre aguas residuales, mientras que la producción o no de residuos tóxicos y peligrosos y su gestión acaparará entre otros aspectos la investigación sobre residuos sólidos. Junto a estas actuaciones tendrán en cuenta si el terreno del colegio es cruzado por cables de alta tensión, si tiene transformador eléctrico, detectores de incendios radiactivos u otros focos como pudieran ser pararrayos.
A estas actividades se sumarán las relacionadas con sustancias químicas, que incluirán el recuento de detergentes, lejías y otros productos que se usan en cocina y para limpieza de las instalaciones. La inspección abarcará la existencia o no de controles vectoriales; el área de jardinería para comprobar si se realizan tratamientos con plaguicidas en jardines, y la existencia de animales, además de un análisis de los comedores colectivos y de la cocina.
El protocolo de inspección de sanidad ambiental se desarrollará durante estos días y será aportado como documentación a los miembros del Comité de Científicos, que serán los que decidan sobre la base de la información del protocolo así como acerca de la solicitud de datos complementarios que determinen los especialistas.
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