Uno de cada tres enfermeros ha sido agredido en el lugar de trabajo a lo largo del último año, en la mayoría de casos por los propios pacientes, según revela un estudio de la Organización Colegial de Enfermería (OCE), órgano que representa a 240.000 profesionales de la enfermería en España.
En el informe, la OCE reclama al Gobierno y a las comunidades autónomas que se pongan a trabajar de manera inmediata para crear protocolos y plantes de actuación ante este tipo de agresiones, tanto físicas como verbales.
Del estudio se desprende que uno de cada tres enfermeros españoles ha recibido agresiones en el lugar de trabajo durante el último año, en un 49,5 % por parte de los propios pacientes, mientras que los familiares y acompañantes son responsables del 29,5% de los casos.
La causa de la agresión es, fundamentalmente, la frustración de no ver satisfechas sus expectativas de atención del personal sanitario, en cuanto a tiempos y pruebas diagnósticas se refiere.
Los servicios de urgencia hospitalaria son los que mayor riesgo suponen (47% de los incidentes), seguidos de los centros de atención primaria (27,5%) y las plantas de hospitalización (15%).
La frecuencia de las agresiones es tal que un altísimo porcentaje de los enfermeros que las sufren optan por no presentar denuncia alguna, señala el documento.
Este problema, conjugado con otros como la sobrecarga asistencial, está generando un alto índice de estrés entre los enfermeros, que con el tiempo deja paso a crisis de ansiedad, ataques de pánico y, en algunos casos, depresión.
Según estudios realizados por este organismo, más del 50% de los enfermeros españoles sufren el síndrome de estas quemado o burn out, si bien el primer riesgo para la salud laboral de este colectivo es el mobbing o acoso laboral.
En este sentido, una de cada tres enfermeras en activo encuestadas ha manifestado ser víctima de acoso psicológico o mobbing en la actualidad.
Además, el 80% de los encuestados declara haber presenciado en su entorno laboral comportamientos de mobbing.
Los grupos con mayor riesgo son los jóvenes menores de 30 años con contratos precarios y con formaciones extraordinarias para el puesto de trabajo que ocupan y las mujeres de más de 40 años, en especial las que están en situaciones de vulnerabilidad personal.
Por su parte, los agresores suelen tener una superioridad jerárquica.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
