Durante cuatro días el emblemático reloj de Londres permanecerá parado, para que se realicen labores de limpieza.
Estos trabajos son realizados por un equipo de cuatro expertos que dedicarán cada jornada a dar limpieza a cada una de las caras del Big Ben, situadas a 95,7 metros de altura.
Según Steve Jagg, responsable de las tareas de mantenimiento, es una tarea compleja que requiere destreza en las alturas.
La gran campana que da nombre al Big Ben seguirá marcando las horas por lo que los operarios trabajan con un equipo especial para aislarse del ruido, además de llevar cascos y arneses y dispositivos para realizar estos trabajos en altura con total seguridad.
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