Los pinchazos con objetos punzantes -agujas y catéteres, por ejemplo-, que sufre el personal sanitario son considerados como el tipo de accidente laboral más frecuente en Enfermería.
Para evitar los riesgos de contagio de enfermedades entre los trabajadores que suponen los pinchazos, la sección de Sanidad del CSIF presentó ayer una reclamación en la Delegación Provincial de Salud para exigir que se sustituya todo el material punzante actual por nuevos instrumentales denominados como bioseguros y que impiden estos accidentes. “En el mercado existen agujas que tienen incorporado un dispositivo que evita que el enfermero se pinche, ya que la punta queda cubierta y puede desecharse de manera segura”, explicó Fernando Castelló, presidente del sector de Sanidad en el CSIF. Esta central ha detectado “un alto número de accidentes laborales” de este tipo y advierte del incumplimiento de la normativa sobre prevención de riesgos laborales por parte de la Administración.
“Según la propia ley el empresario debe conocer, evaluar y prevenir los riesgos laborales, además de formar a los trabajadores, aspectos que en muchos centros no se cumplen”, remarcó Miguel Sánchez, enfermero y delegado del CSIF en el distrito Aljarafe. Sánchez recordó además que hace un lustro ya “se reclamó al SAS que sustituyera este material sanitario sin obtener una respuesta satisfactoria, de momento”. Los portavoces sindicales apuntaron que son motivos economicistas los que impiden que la Administración sanitaria adquiera agujas más seguras en todos los centros de salud.
La Consejería de Salud, por su parte, explicó ayer que en los centros sanitarios “se cumplen las normas de prevención de riesgos y se forma al personal para evitar accidentes”. El SAS también incidió en que “no se ha detectado un aumento de estos accidentes”.
En el escrito que ayer presentaron ante la Delegación Provincial se advierte, no obstante, que el riesgo de las agujas no sólo afecta al personal de enfermería, sino también al de limpieza, ya que “en algunas ocasiones, debido al estrés y al volumen de pacientes en los centros de salud, el material no se desecha correctamente poniendo en riesgo a los limpiadores”.
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