Los psiquiatras que prestan sus servicios en la Comunidad de Madrid, en el ámbito del dispositivo asistencial reforzado tras los atentados del pasado 11 de marzo, han detectado menos casos de estrés postraumático (depresión, ansiedad, pesadillas o recuerdos constantes de las imágenes de la tragedia, entre otros síntomas) de lo que cabría esperar en una catástrofe de estas características, según explicó hoy Juan José López Ibor, jefe de Psiquiatría del Hospital Clínico de Madrid y uno de los responsables que asesoraron a la Administración tras los sucesos.
López Ibor participó, junto a otros expertos en la materia, en Symposium Internacional sobre Salud Mental y Desastres organizado hoy en Madrid, el mismo día que hace tres meses cuando tuvieron lugar los atentados. El Symposium se celebra hoy y mañana en los pabellones de Ifema, donde precisamente se instaló el tanatorio donde se depositaron los cuerpos de los fallecidos para su identificación por sus familias y allegados.
Los psiquiatras recuerdan que la respuesta de la sociedad madrileña y de las autoridades y organismos fue “realmente ejemplar” en lo que se refiere a los aspectos relacionados con la salud mental. “Esto motiva que la sociedad en su conjunto y las personas afectadas hayan sido capaces de superarlo mejor (…) se han producido síndromes psicopatológicos postraumáticos pero no en la cantidad que se esperaba”, destacó López Ibor.
Según datos de una encuesta realizada por la Universidad Complutense un mes después de los atentados, cerca de la mitad los madrileños aseguraban manifestar ansiedad y un 30 por ciento de ellos manifestaba que esta situación afectaba a su rendimiento laboral y a sus relaciones sociales.
En este sentido, a pesar de la buena reacción de los madrileños, desde el punto de vista de la salud mental, los expertos prevén que en un futuro aparecerán “poco a poco” nuevos casos de personas manifestando secuelas. Esto se debe a que algunos individuos evitan recordar y enfrentarse a este tipo de situaciones, “tanto a nivel individual como a nivel de grupo”.
En cualquier caso, López Ibor mantiene que “la familia es un lugar idóneo para que se puedan superar las consecuencias del trauma” y, teniendo en cuenta que muchos enfermos tienden a aislarse, señala la necesidad de fomentar el papel de las relaciones sociales en el medio social, familiar o laboral.
Tres meses después de los atentados, este experto, ex presidente de la Sociedad Mundial de Psiquiatría, considera que la respuesta de la red de salud mental ha sido buena y que la estrategia diseñada han diseñada ha sido correcta.
López Ibor recuerda que se reforzaron los servicios en los que la demanda iba a aumentar, creando unidades específicas dirigidas a los voluntarios y trabajadores sociales, y para niños, especialmente en el medio escolar (material, profesores, psicólogos y pedagogos).
“Desde el punto de vista sanitario se puede decir que la situación está controlada. En ningún momento se han visto desbordados los servicios y las personas han sido atendidas correctamente sin ningún problema”, concluye.
El consejero de Sanidad y Consumo, Manuel Lamela, que fue el encargado de inaugurar el Symposium, recordó que hasta la fecha los Servicios de Salud Mental de la Comunidad de Madrid han atendido a un total de 2.638 personas, lo que ha generado 8.051 consultas.
Lamela señaló que de las visitas atendidas, 4.807 han sido realizadas por mujeres y 3.244 por hombres. Además, destacó que por grupos de edad, 7.644 consultas fueron realizadas por personas mayores de 18 años y 407 por menores de edad. En cuanto a los centros que mayor número de consultas tuvieron fueron los de Puente de Vallecas (927), Alcalá de Henares (903), Coslada (527) y Torrejón de Ardoz (480).
Por último, recordó que con motivo del atentado del 11 de marzo, la Consejería de Sanidad y Consumo -junto con los ministerios de Sanidad y de Defensa, el Ayuntamiento de Madrid y la Consejería de Sanidad de Castilla La Mancha- puso en marcha el Plan de Salud Mental con una inversión de tres millones de euros, con el objetivo de minimizar el impacto del desastre.
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