La Universitat Rovira i Virgili (URV) de Cataluña, ha elaborado la primera propuesta para realizar un diagnóstico de mobbing, que derivará en un protocolo de intervención específico para prevenir y erradicar este tipo de conductas. La universidad es, precisamente, uno de los sectores con mayor incidencia del mobbing -acoso moral a un trabajador-, según los datos aportados por Iñaki Piñuel, psicólogo y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares.
Piñuel ha sido uno de los ponentes de las Primeras Jornadas Sindicales sobre Acoso Psicológico en el Trabajo, organizadas por la sección sindical de CC OO en la URV. En su intervención, destacó que, tras los funcionarios de la administración pública, los docentes -y en especial los universitarios- son los más afectados por la práctica del mobbing. Les siguen los sectores de sanidad, medios de comunicación y organizaciones ideológicas -sindicatos, partidos políticos, ONG-. El psicólogo recordó que son datos que se desprenden del barómetro Cisneros sobre «Violencia en el ámbito laboral» elaborado por la Universidad de Alcalá.
Para la Rovira y Virgili, esta práctica, altamente lesiva, es totalmente rechazable y por ello ha decidido combatirla. «El objetivo es prevenir los riesgos laborales de carácter psicosocial, donde está el mobbing y también otras situaciones como el estrés o el síndrome del burn out (desgaste personal), señaló durante las jornadas el vicerrector y presidente del comité de seguridad y salud, Antoni González Senmartí. Según afirma el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares Iñaki Piñuel, el mobbing no es un conflicto puntual o llevarse mal con el jefe. «Es el maltrato psicológico, deliberado y continuado, de un trabajador con consecuencias gravemente lesivas».
Según recoge el diario La Vanguardia, el psicólogo señaló en Tarragona que la situación de acoso moral afecta principalmente a mujeres de mediana edad en situación de vulnerabilidad y a jóvenes capaces de menos de 30 años y en situación laboral precaria.
Las víctimas son injuriadas, humilladas, relegadas y ridiculizadas por un acosador, que en dos de cada tres casos es el jefe, y que busca como objetivo anularlas para evitar la competencia o conseguir que abandonen su puesto de trabajo. «A medio plazo, los afectados pueden llegar a sufrir depresión o incluso estrés postraumático, como el que padecen las víctimas de grandes catástrofes», manifestó Piñuel. También aparecen trastorno de ansiedad, insomnio e incluso cardiopatías.
El psicólogo recordó que «es un grave problema de salud laboral y que en un 5% de los casos los afectados piensan incluso en el suicidio». Sobre las causas, continúa el diario, Piñuel explicó que pueden ser varias (factores organizativos, conflictos de rol, diferencias de valores culturales…) pero señaló que el perfil del acosador suele ser siempre similar. «Son mentirosos compulsivos, con un exceso de ego que esconde un complejo de inferioridad y que suelen rodearse de profesionales mediocres.
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