Un militar de alta graduación asturiano ha denunciado el primer caso de mobbing en el Ejército. La situación, que no tiene precedentes en la institución castrense, presenta además la peculiaridad de que la denuncia ha sido dirigida, de forma colectiva, contra 15 mandos adscritos al Acuartelamiento de Soyeche, en Munguía (Vizcaya), donde el oficial superior, J. P., ahora de baja psicológica, estaba destinado.
Dos coroneles, dos tenientes coroneles, un comandante, cuatro capitanes, tres tenientes, un subteniente, un sargento primero y un cabo primero han sido identificados por el militar asturiano como los presuntos autores de las vejaciones y humillaciones sufridas desde que descubrió algunas irregularidades en el cuartel y las puso en conocimiento, primero, de sus superiores, y, más tarde, de un juzgado militar.
Expedientes
Los hechos que el militar describe en su denuncia se remontan a diciembre del 2001, si bien tardó casi seis meses en presentarla ante la justicia. Su ausencia en una cena a la que la asistencia era voluntaria desencadenó el primer incidente. A partir de entonces, el oficial superior tuvo varios “encontronazos” con sus superiores, que, asegura, empezaron a difundir rumores y calumnias de forma malintencionada, a infravalorar su trabajo, a imputarle fallos y errores sin apenas argumentos, a atribuirle conductas ilícitas o antiéticas contra los mandos para perjudicar su reputación y a humillarlo en público.
Pese a que ha transcurrido ya casi un año desde que la denuncia fue presentada, hasta el momento no ha sido llamada a declarar ninguna de las 10 personas que el oficial propuso para acreditar su buena conducta. Entre los testigos propuestos por el militar figura un general de brigada, que fue su jefe en el cuartel.
Procesado por deslealtad
El coronel Luis Gómez Armero era el máximo responsable del Acuartelamiento de Soyeche cuando fue presentada la denuncia, y el hombre identificado como el principal instigador del mobbing. Según el denunciante, el coronel lo insultó llamándole “mente enferma”, intentó arrestarlo por enviar un fax, ordenó el allanamiento de su domicilio particular estando él ausente y trasladó a todo el personal civil de la residencia “por haber hablado demasiado”.
Gómez Armero –actualmente destinado en la Dirección de Orgánica y Materiales del Estado Mayor del Ejército de Tierra, en Madrid– tiene pendiente una denuncia por un delito de deslealtad, tipificado en el artículo 115 del Código Penal Militar, por haber dado información falsa sobre asuntos del servicio.
Trayectoria brillante
El denunciante ingresó en el Ejército hace 20 años. A lo largo de su trayectoria militar ha ocupado diversos cargos de responsabilidad, y su eficacia en el servicio ha sido recompensada con la concesión de una cruz al mérito militar con distintivo blanco y cuatro felicitaciones por escrito.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
