Un pensionista de 76 años ha logrado que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) le reconozca una incapacidad absoluta por una enfermedad laboral que sufrió por su exposición al amianto mientras trabajó en la empresa Pedro Orbegozo de Hernani (Guipúzcoa).
Según ha informado en una nota el sindicato Comisiones Obreras, el reconocimiento de esta incapacidad ha sido resultado de la campaña que desarrolla esta central “para hacer visibles las enfermedades profesionales respiratorias e incluir a los trabajadores que estuvieron expuestos al amianto, en un Plan de vigilancia sanitaria postocupacional”.
CCOO ha precisado que con esta resolución el ahora beneficiado, que sufría “un cáncer pulmonar derivado de una neumoconiosis profesional”, ha visto “aumentada su pensión mensual en 400 euros” y tendrá la posibilidad de “reclamar una indemnización por daños y perjuicios”.
Comisiones Obreras ha destacado asimismo la necesidad de que algunos pensionistas cambien su “mentalidad”, ya que piensan que “una vez jubilados, no pueden reclamar por sus enfermedades, aunque sean de origen profesional”.
El sindicato ha aclarado que desde 1957 este trabajador estuvo expuesto “sin protección alguna” a “los humos metálicos de la fundición, a la sílice cristalina y al amianto”.
“Su mejor protección respiratoria -continúa el comunicado de CCOO- fue una mascarilla de papel y pese a que se le diagnosticó una silicosis en los años 80, el servicio médico de la empresa eludió su declaración como enfermedad profesional”.
La nota explica que hace tres años, el trabajador ingresó en el Servicio Vasco de Salud para una intervención quirúrgica, consecuencia de “una dolencia de claro origen profesional”, a pesar de lo cual “los profesionales de Osakidetza, incumplieron la obligación de comunicar sospecha alguna sobre su origen, de manera que la sanidad pública asumió gastos que correspondían a la mutua”.
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