Las tres enormes grúas montadas junto al edificio Windsor para retirar, en una primera fase de la demolición, los elementos con riesgo de caída y la pluma situada en lo alto de la torre, ya están operativas para comenzar a trabajar. Fuentes de Grúas Peninsular han asegurado, sin embargo, que el fuerte viento obliga a paralizar hoy el trabajo con ellas.
“El trabajo con las grúas ha quedado suspendido hoy porque la seguridad debe ser lo primero”, han indicado desde la empresa de Grúas, que aun así matiza que sí se seguirá con el “reconocimiento del edificio”. Además, de acuerdo al Ayuntamiento, se proseguirá también con el “desescombro de las zonas bajas”.
Según aseguran desde Peninsular, las máquinas “no pueden trabajar cuando el viento tiene una velocidad por encima de los 9 metros por segundo”, es decir, 32,4 kilómetros por hora.
Fuentes del Instituto Nacional de Meteorología han indicado a elmundo.es que la velocidad del viento a las 8.00 de hoy está registrando unas máximas de hasta 40,8 kilómetros por hora y que las previsiones calculan que pueda haber hasta 60.
Además, los responsables de las grúas consideran que a la altura a la que se trabajaría -el Windsor mide 98 metros- y además con personal colgado de una cesta o jaula, “hay que extremar la seguridad”.
“Por ellos hemos decido incluso bajar las plumas de algunas de las grúas que ya teníamos preparadas”, aseguraron fuentes de Peninsular.
El jefe del departamento de Control de la Edificación del Ayuntamiento de Madrid, Emilio García de Burgos, advirtió el viernes que la existencia de viento o lluvia fuertes podrían retrasar el plazo de ejecución de la obra, estimado de forma cautelar entre 10 y 11 meses.
Las tres grúas serán empleadas para retirar los elementos del edificio que en la inspección ocular se identificaron como los de mayor riesgo de desprendimiento y esta semana deberían trabajar ya en el desmontaje de la grúa pluma colocada hace un año encima del rascacielos para los trabajos de reforma del edificio.
De acuerdo García de Burgos, dos de estas potentes grúas sostendrán la pluma de la que hay que desmontar mientras desde la tercera se cortan trozos, alternativamente de un lado y de otro, y se descienden al suelo.
Al tiempo, para cuando se inicien los trabajos de desbroce de la estructura calcinada del edificio estará lista también una gran pantalla de neopreno que sostendrán otras dos grúas auxiliares, según indicaron a Efe fuentes de la empresa Peninsular, para proteger a la maquinaria de la caída de escombros.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
