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El responsable de una empresa de sa Pobla se sentó en el banquillo de los acusados por la muerte de un trabajador, que quedó atrapado en una máquina de prensar bloques de hormigón en 2005. La fiscalía solicita para él dos años de cárcel por homicidio imprudente al entender que, como aseguraron en la vista los técnicos de Trabajo, se incumplían numerosas normas de seguridad. El acusado aseguró que el siniestro se debió a un fallo en la máquina, que había estado parada durante ocho años, y que el obrero pecó de “exceso de confianza”.

El accidente laboral ocurrió en la mañana del 17 de julio de 2005 en una empresa del sector de la construcción ubicada en la carretera que une sa Pobla y Llubí. Un trabajador de 59 años estaba manipulando una máquina de fabricación de bloques de hormigón cuando quedó atrapado en la prensa y falleció aplastado. Las investigaciones de la Guardia Civil y la conselleria de Trabajo sobre las causas del siniestro detectaron importantes deficiencias en materia de seguridad.

El acusado, administrador de la empresa, declaró durante el juicio celebrado en un juzgado de lo penal de Palma que el trabajador se había confiado en el manejo de la máquina. El hombre aseguró que el obrero, que llevaba unos 40 años trabajando en la empresa, estaba informado del funcionamiento y las medidas de seguridad y que además había realizado cursillos de formación. Según dijo, era un empleado “muy metódico” que insistía en “tener cuidado” en el manejo de la máquina que fabricaba los bloques de hormigón, aunque reconoció que no sabía si le faltaban conocimientos en cuestiones de seguridad.

El procesado contó que la empresa había adquirido aquel artilugio en 1989 y que entre 1996 y 2004 estuvo parada. Tras ocho años inactiva, decidieron ponerla en marcha de nuevo meses antes del accidente. El hombre afirmó que ese parón provocó un “fallo o una avería” que desencadenó el accidente.
Otro trabajador relató que cuando ocurrió el siniestro la víctima estaba “ajustando algo” debajo de la máquina y que fue aplastada por la pieza que prensaba los bloques.

Los técnicos de seguridad se mostraron contundentes sobre las deficiencias que detectaron al investigar lo ocurrido. Una inspectora de la conselleria de Trabajo afirmó que la víctima “no conocía la metodología” de autoprotección y que el aparato no estaba resguardado para evitar que hubiera personas cerca cuando estaba en marcha, como marca la legislación. “He visto pocos accidentes tan claros. Si se hubieran cumplido algunas medidas de seguridad, no habría ocurrido”, opinó la técnico. Una coordinadora de riesgos laborales explicó que no constaba que la empresa estuviera utilizando esas instalaciones ni fabricando bloques de hormigón, ya que figuraba que su actividad era la albañilería.

La fiscalía considera al acusado autor de un delito de homicidio imprudente, por el que solicita que se le impongan dos años de prisión y que indemnice a los familiares de la víctima.

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diariodemallorca.es

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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