El once por ciento del personal laboral de la Universidad de Granada padece mobbing o acoso laboral en el trabajo, aunque sólo el 0,4 por ciento lo denuncia ante los tribunales, según el estudio presentado hoy por el Departamento de Psicología Evolutiva de la institución, el primero que se realiza en una universidad andaluza.
Este estudio, realizado en diciembre de 2002 a 300 personas entre profesorado y personal de administración y servicio (PAS) a través de un cuestionario en Internet para garantizar su privacidad, refleja que el 24,08 por ciento de los encuestados dice sufrir ocasionalmente situaciones de acoso, mientras que el 54,92 asegura haber sido testigos de dichas situaciones.
El profesor Fernando Justicia, director del equipo de investigación HUM 232 que ha realizado el estudio, señaló que las víctimas de mobbing suelen tener una categoría profesional inferior al acosador, en el 76,3 por ciento de los casos, siendo mayoritariamente mujeres (55,1 por ciento) de entre 36 y 55 años (en un 76,4 por ciento) con una experiencia en su puesto que suele superar los seis años y llegar hasta los 20, en un 68 por ciento.
Los testigos de mobbing afirman que el 47,9 por ciento de los conflictos se producen entre miembros del personal docente, mientras que esta cifra se reduce entre el PAS (20,9 por ciento) y entre estos últimos y los profesores, donde el acoso alcanza un 12,2 por ciento.
Las causas más frencuentes detectadas son la lucha de poder (19,8 por ciento), la envidia (19,7 por ciento), la política universitaria (12,5 por ciento) y la competitividad del sector (once por ciento), sin que el nivel de estudios y la categoría profesional sean factores determinantes.
La mayoría de las víctimas, un 63,9 por ciento, reconocen padecer mobbing “desde hace varios años”, mientras que el 30,6 por ciento señalan que son acosadas “diariamente” en su lugar de trabajo, lo que les conlleva problemas de ansiedad, insomnio, taquicardias, cansancio generalizado, conflictos laborales y con su pareja, y desmotivación.
Para las mujeres las peores consecuencias son las emocionales, seguidas de las profesionales, mientras los hombres llevan peor las físicas y el deterioro de las relaciones sociales. En ambos casos, suelen comunicar su situación a familiares (26,1 por ciento) y a los amigos (30,5 por ciento), y rara vez, tan sólo en el ocho por ciento de los casos, elevan su queja al decanato de la Univesidad, aunque las víctimas coinciden en pedir un mayor asesoramiento legal y más campañas de información y sensibilización para erradicar el problema.
Según el director del estudio, que se pretende hacer extensivo a todas las universidades andaluzas, el fenómeno de la conflictividad laboral en la Universidad de Granada “es similar al que puede existir en cualquier otra empresa, e incluso está por debajo de los índices que arrojan otras universidades europeas, con una media de víctimas del 12 por ciento”.
Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
