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Un grupo de ex trabajadoras de la empresa Plato Mediterráneo, encargada del catering del Hospital de La Ribera, ha acusado a esta sociedad de cometer una serie de «irregularidades» que afectan tanto a las condiciones higiénicas del servicio de cocina que se ofrece a los pacientes como a la situación laboral del personal contratado. Las ex trabajadoras culpan a Plato Mediterráneo de ser «un auténtico peligro» no sólo para los enfermos «por la falta total de higiene», sino también para los empleados, «a los que no se les reconoce ningún derecho».

En el caso de las deficiencias higiénicas, las ex trabajadoras acusan a la empresa de no respetar la ley que prohibe fumar en lugares públicos, ya que «los cocineros trabajan con el cigarro en la boca», y afirman que los alimentos que se suministran a los enfermos «no sólo son de mala calidad, sino que la descongelación se hace debajo del grifo». Por otra parte, las protestas también señalan que la falta de personal en la citada empresa provoca que la cocina central no se limpie «con la frecuencia debida». Aun así, las ex empleadas reconocieron que las condiciones del servicio han mejorado en el último mes «porque la empresa desea que el Hospital de La Ribera le renueve la concesión».

En cuanto a las relaciones laborales, las ex trabajadoras acusan a la empresa de obligar a los empleados a trabajar «seis días a la semana» cuando el contrato «establece un horario de 40 horas». Si un trabajador reclama el pago de las horas extraordinarias «se le despide sin ningún problema». Las ex trabajadoras llegan a afirmar que Plato Mediterráneo tiene unos beneficios «de unas 500.000 pesetas» por empleado sólo por el dinero que deja de pagarle. «La empresa ha resuelto el problema con seis despidos improcedentes de empleados por reclamar sus derechos», añaden.

El centro y UGT niegan las irregularidades

Aunque los representantes de Plato Mediterráneo declinaron contestar a las ex trabajadoras, su versión de los hechos no debe diferir de la facilitada por uno de los delegados de UGT, Ángel Utrilla, que rebatió todas las acusaciones. Las denuncias de las ex empleadas se interpretan como una venganza hacia la empresa por haberlas despedido, ya que Utrilla afirmó que en la cocina ni se fuma ni se descongelan los alimentos bajo el grifo, «sino que hay una cámara adrede». El delegado de UGT advirtió además que la cocina se limpia con frecuencia y que los alimentos no son de mala calidad, «simplemente no son los más caros». En el caso de las relaciones laborales, Utrilla explicó que son los trabajadores quienes eligen entre trabajar 40 ó 48 horas, aunque reconoció que las del sexto día no se pagan como extraordinarias, y negó que se haya producido una espiral de despidos improcedentes. No obstante, las ex trabajadoras acusaron al delegado de UGT de posicionarse a favor de la empresa al tener una relación «especial» con sus responsables y ser «hermano del jefe de cocina».

Por su parte, fuentes autorizadas del centro sanitario garantizaron a los pacientes la «buena calidad» de los productos del serviciode catering y afirmaron que éstos «pasan todos los controles». Los responsables del Hospital de La Ribera, además, quisieron comunicar a sus usuarios «que estén tranquilos» ya que, según afirman, todos los alimentos cumplen la totalidad de los requisitos legales.

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Levante Digital

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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