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El Juzgado de lo Penal número uno de Cáceres ha condenado a dos encargados de obra por la muerte de un trabajador en Garrovillas. Los tres participaban en la construcción y adecuación de una planta depuradora en ese municipio cacereño, en un paraje conocido como San Pablo, en el barrio de Tendales.

Uno de los encargados condenados trabajaba para la empresa constructora, y el otro para una subcontratada. La sentencia, que es firme y que fue dictada de conformidad entre las partes, sustituye la pena de un año de prisión a cada uno de ellos por el pago de una multa de cuatro euros diarios durante dos años, es decir, 2.880 euros. Los dos estaban en la obra el 14 de enero del año 2011, fecha del accidente, pero no en el lugar concreto del siniestro en el que murió un trabajador de 58 años, casado y con dos hijos.

Ese día llegó a la obra un camión cargado de ferralla. En concreto, con varillas de hierro corrugado de doce metros de largo y quince milímetros de ancho que iban a ser utilizadas para hormigonar. La tarea de descarga de ese material «no estaba prevista específicamente en el plan de seguridad y no contaba con operarios ni maquinaria cualificada para ello», especifica la sentencia en el capítulo de hechos probados.

En él también se detalla que pese a conocer ese dato, los acusados ordenaron que la descarga del camión la hicieran empleados de la empresa subcontratada. En concreto, lo hizo un trabajador que había sido contratado como conductor de máquina y que carecía de formación en prevención de riesgos labores y salud laboral para esa concreta función que se le estaba asignando. «Tampoco se adoptaron medidas de seguridad adecuadas, como la formación de un perímetro de seguridad, y los dos encargados no estuvieron al tanto de las operaciones para comprobar si se hacían correctamente», relata la sentencia.

 MAQUINARIA

Como no había maquinaria específica para ese tipo de descargas, se utilizó una retroexcavadora, cuya tarjeta de inspección técnica mostraba que la última revisión periódica tenía validez hasta el año 2007, o sea, había caducado hacía cuatro años. En un momento de la descarga, uno de los cabos que sujetaban los haces de ferralla se soltó, dio un bandazo y las varillas de hierro corrugado golpearon en la cabeza al trabajador, que cayó al suelo, víctima de un traumatismo craneoencefálico severo. Unos minutos después llegaron al lugar del suceso los equipos de emergencias sanitarias, que no pudieron más que certificar la muerte del obrero, que en el momento del accidente iba equipado de forma reglamentaria, esto es, con casco, botas de trabajador, guantes y chaleco reflectante.

El Juzgado de lo Penal número uno de Cáceres entiende que a causa de estos hechos, los dos encargados de obra son autores de un delito de homicidio imprudente. Los dos hijos de la víctima, que ya habían recibido indemnizaciones de las compañías aseguradoras de las empresas para las que trabajaban los dos encargados de obra, renunciaron a las cantidades que pudieran corresponderles en concepto de responsabilidad civil.

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Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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