Brigadistas critican la precariedad y falta de personal en la lucha contra incendios forestales en Galicia, pues, según aseguran, aunque la zona sur de Ourense vive una “ola de incendios” y, “pese al máximo riesgo” debido a las condiciones meteorológicas, “no se contrataron refuerzos”.
En declaraciones, operarios que desarrollan sus labores en la provincia ourensana han lamentado la muerte de su compañero de 59 años, perteneciente al distrito de Verín.
Llaman la atención sobre la peligrosidad que reviste esta comarca, los municipios de O Barco, Viana do Bolo y, en general, “todo el sur de Ourense”. Los montes son “muy peligrosos” y, además, las altas temperaturas, la baja humedad relativa y la prolongada falta de lluvias provocan que estén “en condiciones óptimas para arder”.
“El personal está sobresaturado y cansado, está trabajando muchas más horas, porque hay menos brigadas que en verano”, advierte uno de los brigadistas. Otro, por su parte, incide en la magnitud del fuego de Castrelo do Val, que se observa desde Allariz.
Pero la experiencia que tiene el personal del servicio contra incendios sobre todo en estas brigadas -era el caso del trabajador fallecido, que llevaba años dedicado a estas tareas-, les lleva a concluir que “algo fuera de lo común” tuvo que ocurrir, como un golpe inesperado de viento, para que las llamas atraparan al trabajador fallecido este martes, mientras participaba en las labores de extinción en Castrelo do Val.
De hecho, un delegado de personal de la Consellería de Medio Rural en Ourense, Jesús Delgado, ha señalado que, según le transmitieron, los compañeros del fallecido apuntan al cambio de viento como causante de que quedase atrapado.
Rodeado por las llamas, la gran cantidad de humo le hizo perder la orientación y “no pudo salir”, según este relato de miembros de la cuadrilla que sí consiguieron huir del fuego. Hacen hincapié en que “soplaba el viento” y cambió la dirección en ese momento.
“Dentro de la desgracia”, Delgado eleva el comportamiento de los brigadistas al de “héroes”, y censura el “progresivo desmantelamiento” del operativo que a su juicio realiza la consellería.
Están “dejando de cubrir vacantes por jubilación y bajas de larga y media duración”, asegura. “Eso lleva a que los trabajos de extinción tengan más riesgo. Cuanto menos personal, lógicamente, hay más probabilidades de que el incendio tenga mayor dimensión”, incide.
Además, indica que hay “motobombas paradas en los distritos forestales hasta cuatro meses, porque no pasaron la ITV -que tienen que pasar cada 6 meses-“. “Eso conlleva menos medios”, constata.
Por su parte, CC.OO., a través de un comunicado, ha exigido una investigación “inmediata, ágil y rigurosa del trágico accidente laboral” y ha hecho un llamamiento a las autoridades administrativas y judiciales para velar por el cumplimiento de la seguridad laboral y el establecimiento “de las responsabilidades que correspondan”.
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