Cada día una enfermera asturiana recibe una agresión física o verbal. El dato, facilitado ayer por el sindicato de enfermería Satse, pone en evidencia la necesidad de actuar. Margot Marqués, secretaria autonómica de esta organización sindical, solicita al Servicio de Salud del Principado la elaboración de un registro de agresiones que permita sentar las bases de futuras acciones.
Marqués reconoce que precisamente la ausencia de datos estadísticos es una de las dificultades con las que se enfrenta el sindicato a la hora de enmarcar el problema. La enfermería conoce, eso sí, que las agresiones, sobre todo verbales, son moneda corriente en centros de salud, hospitales y atención domiciliaria.
El sindicato de enfermería, en un intento de cuantificar estos ataques, ha realizado en todo el estado encuestas a sus profesionales durante el 2004 y 2005. Conclusiones? Ocho de cada diez enfermeros han sido agredidos física o verbalmente. Así, en números absolutos, alrededor de 157.000 ATS de los 180.150 que están en activo han sufrido ataques o vejaciones. Este altísimo porcentaje llevó al sindicato a realizar un estudio más. Sus resultados son igualmente dramáticos. Más del 62% del personal había sido agredido verbalmente y un 34,45% había recibido insultos y maltrato físico.
El sindicato de enfermería vincula el incremento de la conflictividad a las condiciones de trabajo, cada vez más penosas, de los ATS. Inadecuación de plantillas, no sustitución de bajas, estrés, síndrome de burnout … Todo ello está acarreando, en opinón del Satse, un aumento del absentismo e incluso un alza del abandono de la profesión. De ahí, la necesidad de atajar el problema antes de que llegue a más.
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