Un total de 64 autónomos fallecieron en accidente laboral durante el primer trimestre del año, frente a los 87 del mismo periodo de 2002, lo que supone una reducción del 26,4 por ciento, según datos recogidos por la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA).
De enero a marzo se contabilizaron 43.957 siniestros laborales entre el colectivo de trabajadores por cuenta propia, casi un 20 por ciento menos que en los tres primeros meses del año pasado. Todas las comunidades experimentaron un descenso de los accidentes, salvo Baleares, que registró seis accidentes más que en el primer trimestre de 2002.
Por sectores, el transporte y la construcción acapararon el 75 por ciento del total de víctimas mortales. En cuanto a las comunidades, Canarias, Extremadura y Murcia no registraron durante este periodo ningún siniestro con resultado de muerte.
Por el contrario, en Navarra el número de fallecidos subió de uno a dos, y en el País Vasco, se pasó de cuatro a cinco. Cantabria y La Rioja, que en el primer trimestre de 2002 no tuvieron accidentes mortales, sí registraron víctimas en 2003.
En el total de siniestros laborales entre los autónomos, Cataluña fue la que experimentó un mayor número en el primer trimestre, con 7.405 accidentes (-27,4 por ciento), seguida de Andalucía, con 6.318 accidentes (-8,5 por ciento), Madrid, con 6.171 (-31,7 por ciento), y Valencia, con 4.861 (-13,8 por ciento).
Según ATA, este importante descenso de la siniestralidad laboral se debe, entre otros factores, a la inquietud de los autónomos por la salud en la trabajo el mayor control de la subcontratación en la construcción y el control de los tiempos de trabajo en el transporte.
No obstante, ATA reclamó para el colectivo un plan especifico de formación en salud laboral y prevención de riesgos, así como la presencia de los representantes de los autónomos en las Mesas de Siniestralidad. En su opinión, es preciso incluir en las estadísticas de accidentes laborales los sufridos por los trabajadores autónomos.
“Los organismos oficiales pasan de recoger las cifras de siniestralidad registradas en el colectivo de autónomos. Es como si no existiesen para ningún organismo oficial. Nuestros accidentes laborales no se computan, nuestros muertos -por duro que suene-, no cuentan. Estadísticamente, volvemos a ser los grandes olvidados. La siniestralidad de los autónomos es un misterio. Nadie habla de ellos, parece como si no les preocupasen a nadie”, denunció en un comunicado el coordinador general de ATA, Lorenzo Amor.
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