ANTECEDENTES. MEDIDAS DE EMERGENCIA Y EMPRESA

En realidad, y por supuesto sustentada por la normativa específica que regula el proceso de edificación, se trata de una cuestión de sentido común para técnicos y gestores de prevención y en este caso también una cuestión tangible y comprensible por parte de cualquier persona. Y esto, por obvio que nos pueda parecer en este caso, no es de aplicación generalizada en otros ámbitos de la Prevención de Riesgos Laborales, pues la naturaleza de la actividad, la existencia y la percepción real de muchos riesgos no siempre es tan obvia. Es por este motivo que suele existir especial predisposición por parte de las personas, responsables y/o usuarios de centros o edificaciones para implantar medidas de autoprotección, colaborar con la gestión de emergencias y promover conductas adecuadas ante situaciones de emergencia.

Sin considerar las características constructivas de un edificio, o un centro formado por un conjunto de ellos, podríamos decir que un edificio es tan seguro como lo permita una gestión responsable de los procesos productivos y de las emergencias que puedan tener lugar en el mismo. Tengamos en cuenta por otro lado que en todos los edificios no tienen porqué producirse el mismo tipo de emergencias. No olvidemos que edificios muy modernos, perfectamente diseñados desde el punto de vista de lucha contra incendios, sismos, accidentes mayores, etc. podría no ofrecer suficiente protección si no se establece previamente una estrategia de actuación que permita controlar situaciones difíciles o complejas en las que habitualmente se ven involucradas personas con distinto grado de vulnerabilidad. Podemos afirmar por tanto que los edificios por sí solos pudieran no ser suficientes para proteger a las personas que los ocupan en caso de siniestro.

Si todos los edificios y centros de trabajo, públicos y privados, tuvieran las mismas características, el mismo diseño, la misma dotación de instalaciones, etc., sería posible establecer un Plan de Emergencia estándar que permitiera abordar la gestión de emergencias de forma “normalizada” o “sistematizada”. Esto obviamente no es posible y habrá que adaptarse a cada caso-edificio de forma independiente o particular, por lo que será imprescindible conocer con sumo detalle la tipología de cada edificio, la naturaleza de las actividades que en su interior se desarrollan, las características constructivas y la dotación de instalaciones de servicio y autoprotección con las que cuenta. Esta será nuestra situación de partida. A partir de aquí hay que evaluar los riesgos asociados a situaciones potenciales de emergencia y que comprometen a los usuarios de estas construcciones.

Las empresas, en base a lo anterior, han de satisfacer un objetivo específico en materia de seguridad y salud relacionado con la gestión de emergencias, y no sólo obligadas por imperativo legal, sino también en el ejercicio de la responsabilidad social que supone la mejora continuada de la calidad de las condiciones de trabajo.

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Como todos sabemos y solemos repetir los técnicos en los cursos de formación, existe para el empresario una obligación general de protección enmarcada en la propia Ley de Prevención de Riesgos Laborales. De este modo, en el artículo 14.2 de la Ley de Prevención queda constancia del deber de protección de los trabajadores por parte del empresario en todos los aspectos relacionados con el trabajo y, entre otros, de la obligación de llevar a cabo el Plan de Prevención y la Evaluación de Riesgos. Este deber de protección de los trabajadores, en el capítulo de la gestión de emergencias, se hace por supuesto extensivo a cualquier persona usuaria del centro incluso cuando no tenga la consideración de trabajador de la empresa titular del centro. Se menciona de igual modo en esta referencia legal que se deberá desarrollar una acción permanente de seguimiento de la actividad preventiva enfocado a la mejora en la gestión de los riesgos.

De otra parte, de la interpretación y aplicación práctica del art. 20. Medidas de Emergencia, de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales se desprende que, si un empresario pretende estar en condiciones de resolver contingencias asociadas a situaciones de emergencia o riesgos mayores, este empresario precisa gestionar y planificar diversas acciones una vez conocida la realidad del centro y factores de riesgo asociados al mismo. Por tanto, una vez conocidos los factores intrínsecos al propio edificio y realizada la correspondiente Evaluación de Riesgos sobre situaciones de emergencia, hemos de ser conscientes de lo siguiente:

  • Se precisa formación y adiestramiento específico para el personal del centro en materia de lucha contra incendios y primeros auxilios.
  • Se precisa la designación de personas con funciones y atribuciones concretas en caso de emergencia.
  • Se precisa disponer de la dotación de medios técnicos o material adecuado para garantizar los objetivos del Plan.
  • Se precisará, en su caso, la debida coordinación de actividades empresariales.
  • Se precisa, en su caso, una adecuada coordinación con agentes externos a la empresa relacionados con la intervención (policía, bomberos, protección civil, 112, 061, etc.)
  • Se precisa un programa de revisión y mantenimiento del contenido que garantice la  operatividad del Plan.   

¿CÓMO EL EMPRESARIO PUEDE SATISFACER DE FORMA ORDENADA ESTA OBLIGACIÓN LEGAL Y COMPROMISO MORAL Y SOCIAL CON SUS TRABAJADORES Y PERSONAL CONCURRENTE EN SU CENTRO DE TRABAJO?

El empresario deberá “analizar situaciones de emergencia” y “adoptar medidas”, y aunque no se haga referencia expresa a la herramienta que se va a necesitar no se puede referir a otra cosa que no sea el diseño e implantación profesional de un “Plan de Emergencias” que contemple la evacuación de personas y al menos la lucha contra incendios.

Para ampliar el fundamento y justificación para el diseño e implantación práctica de medidas de emergencia en centros con características particulares, posteriormente se desarrolla el Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, por el que se aprueba la Norma Básica de Autoprotección de los centros, establecimientos y dependencias dedicados a actividades que puedan dar origen a situaciones de emergencia. Entre otros aspectos básicos el Plan de Autoprotección, según la Norma Básica de Autoprotección (NBA), implica:

  • Que su elaboración, implantación, mantenimiento y revisión es responsabilidad del titular de la actividad.
  • Que es de aplicación exclusiva a las actividades incluidas en el Anexo I RD 393/2007.
  • Que es de aplicación a actividades NO incluidas en Anexo I RD 393/2007 a requerimiento de la Administración, cuando representen especial riesgo o vulnerabilidad.
  • Que tiene carácter supletorio a las actividades con regulación sectorial específica.
  • Que tiene carácter de norma mínima.
  • Que permite fusionar en un mismo documento otros aspectos relacionados con la prevención y la autoprotección para evitar duplicidades innecesarias.

En cualquier caso, una vez estudiado el conjunto de actividades contenidas en el Anexo I del RD 393/2007, observamos que la elaboración del Plan de Autoprotección, con el alcance, estructura y contenidos contemplados en la NBA, podría no ser de aplicación en muchos casos que nos encontremos en nuestra actividad profesional. Y sin embargo nos vemos forzados a tomar como referencia para nuestro trabajo, ante casos que pueden llegar a ser muy complejos pero no referenciados en el mencionado Anexo I del RD 393/2007, el documento propuesto por la NBA. Se trataría, en aquellos casos, de centros cuyas necesidades respondan según nuestro criterio técnico a un Plan de Autoprotección según la NBA, adaptado a nuestro caso en concreto, y no a un mero informe o plan básico o muy general sobre medidas de emergencia. Además, tampoco podemos olvidar que existe en ocasiones la necesidad de elaborar Planes integrados en otros de nivel superior – arrendatarios o contratistas titulares de una actividad que se desarrolla en otro centro de uso compartido (edificios administrativos, centros comerciales, etc.)- o incluso la necesidad de tener que elaborar Planes complementarios – actividades temporales en centros con actividad distinta a la que se pretende realizar (exposiciones, ferias, congresos, eventos culturales, recreativos, espectáculos, fiestas, etc.)

En el caso de edificios singulares, edificios muy antiguos, edificios catalogados, monumentos de patrimonio cultural, o bien edificios construidos según el vigente Código Técnico de Edificación, pero con diseños especiales, con localizaciones muy concretas o simplemente con actividades que entrañen riesgos singulares asociados a la propia actividad del centro, habrá que tener especial dedicación y atención al estudio de los medios de autoprotección existentes, la viabilidad de implantar medios de detección, alarma y lucha contra incendios complementarios y al diseño del plan de alarmas y evacuación en función del tipo de emergencia que pueda llegar a producirse.

EL PARQUE DE LAS CIENCIAS DE GRANADA

El caso del Parque de las Ciencias de Granada podría ser uno de estos supuestos singulares y como tal, en el tratamiento o enfoque que se ha precisado para la última actualización de su Plan de Autoprotección, llevada a cabo por Grupo Inprex, se han tenido que considerar múltiples factores asociados a  las características únicas de este centro.

Estas magníficas instalaciones están gestionadas por el Consorcio Parque de las Ciencias. Su actividad expositiva y museística se corresponde fundamentalmente con la promoción y divulgación de las ciencias, fomento de la cultura científica y ambiental, potenciación del desarrollo de la didáctica de las ciencias, el intercambio de experiencias con otros centros homólogos de otras ciudades en territorio nacional y extranjero y la contribución con todo ello a la formación y divulgación científica en general. Vemos por tanto que se trata de un centro de carácter abierto y público y por tanto en el que concurren aforos importantes según sea el tipo de evento o exposición que haya programado. Sólo por estos motivos ya se justifica una adecuada gestión de las posibles situaciones de emergencia que podrían tener su origen en la propia actividad y naturaleza del centro.

El Parque de las Ciencias es un museo interactivo, construido por una serie de edificios distribuidos en un espacio con una estructura que permite una total flexibilidad y que se entrelazan recorridos temáticos. El uso fundamental es exposiciones y cursos, por lo que es visitado por usuarios de todo tipo y procedentes de todo el mundo. width=

Esta construcción ha sido concebida y construida en cuatro fases diferentes a lo largo de las cuales se ha ido configurando la actual estructura e imagen del complejo. Las fases I, II y III han sido las primeras fases de desarrollo del Parque, y están representadas por varios edificios bien diferenciados pero comunicados entre sí tanto por grandes espacios interiores y pasillos distribuidores como por caminos exteriores en espacios abiertos. Los edificios que componen estas fases son:

  • Edificio Péndulo: Compuesto de entrada principal, Hall de distribución e información, tienda, salas de exposiciones, almacén y oficinas.
  • Observatorio astronómico.
  • Mariposario.
  • Torre de observación.
  • Pabellón de Exposiciones Temporales – Vía Láctea.
  • Edificio de administración.
  • Edificio CEAMA.
  • Caseta de transformadores y grupo electrógeno.
  • Zonas exteriores.

La IV fase del Parque de las Ciencias, está conformada por varias edificaciones o pabellones diferenciados, interconectados a través de un gran hall distribuidor. El conjunto queda envuelto por una cubierta única que confiere un carácter unitario al edificio, si bien los diferentes pabellones quedan sectorizados.

Las actividades desarrolladas objeto del Plan corresponden a espectáculos públicos y recreativos, lugares, recintos e instalaciones cerradas en las que se celebran eventos regulados por la normativa vigente.

En esta cuarta fase existe otra entrada principal situada en el edificio Macroscopio, desde donde se puede acceder al resto de las instalaciones.

La entrada principal dispone de Recepción, Tienda, Guardarropa, Control y Seguridad, Área de información general, Sala VIP y Sala de prensa.

El Macroscopio es la estructura o edificación principal del recinto en esta IV fase para un uso flexible y dotado de carácter representativo. Alberga los siguientes espacios:

  • Auditorio.
  • Hall de distribución e información.
  • Áreas de exposiciones temáticas (4 Pabellones)
  • Área de formación para sesiones didácticas.
  • Galería Cultural. Uso independiente del resto del edificio y horario diferente. Incluye: Recepción, Café Darwin, Mediateca, Taller y Salas, tres Minicines, Área de Realidad Virtual, Ciber y Cafetería.
  • Área de servicios. Almacenes, talleres, limpieza.

El Pabellón “Al–Andalus y la Ciencia“, es un espacio autónomo para área expositiva. Dispone de espacio al aire libre además de Tienda, Recepción, Almacén y Oficinas.

El Anfiteatro científico se incluye dentro del Pabellón Viaje al Cuerpo Humano.

El Pabellón Darwin es una edificación independiente al resto.

Por tanto, en base a esta breve pero necesaria descripción del tipo de edificaciones que componen este complejo arquitectónico, la utilización prevista de las mismas y las grandes superficies que estamos considerando, conseguimos hacernos una idea de la verdadera magnitud del Parque de las Ciencias.

EL RIESGO, LAS CAUSAS…

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Para conocer, desde el punto de vista de la gestión de emergencias, el riesgo potencial del Parque de las Ciencias se ha procedido a evaluar todos sus edificios e instalaciones según la normativa que le resulta de aplicación y los métodos adecuados de evaluación. Considerando a su vez los requisitos del capítulo 3 del Plan de Autoprotección sobre inventario, análisis y evaluación de riesgos, se han valorado:

  1. Los elementos, instalaciones, procesos de producción, etc. que puedan dar origen a una situación de emergencia o incidir de manera desfavorable en el desarrollo de la misma.
  2. La identificación, análisis y evaluación de los riesgos propios de la actividad y de los riesgos externos que pudieran afectarle (en nuestro caso, Riesgos contemplados en los planes de Protección Civil, el Plan de Actuación Municipal frente al Riesgo de Inundaciones y el Análisis de Riesgo Sísmico en Zonas Urbanas y su Aplicación a la Ciudad de Granada).
  3. La identificación, cuantificación y tipología de las personas tanto afectas a la actividad del centro como ajenas a la misma.

Para la identificación y evaluación de las zonas de riesgo especial, en función de su localización y características de las instalaciones que albergan, y que se encuentran integrados en el interior de los edificios, se clasifican conforme los grados de riesgo alto, medio y bajo según los criterios establecidos en al tabla 2.1 del artículo 11 recogido en el Código Técnico de Edificación (CTE). Los locales así clasificados deben cumplir las condiciones que se establecen en la tabal 2.2 del artículo 11 del CTE.

Para la identificación y evaluación de las amenazas probables se ha seguido el método OSALAN-INSHT y su adaptación particular a la metodología de Grupo Inprex, fruto de una amplia experiencia de campo y la elaboración de numerosos Planes de Autoprotección en edificios e instalaciones de todo tipo. De este modo, en el Parque de las Ciencias se han identificado asociadas a su actividad, sin mencionar las relacionadas con incendio u otro tipo de riesgos naturales, situaciones de emergencia derivadas de explosión, amenaza de artefacto explosivo, aglomeraciones de gente, sucesos derivados de comportamientos antisociales, entre otros.

Es preciso destacar en este punto que la propia organización y gestión diaria llevada a cabo por los responsables del Parque de las Ciencias y todo su personal implica en sí misma un nivel de control y protección muy efectivo, por lo que la probabilidad de que este tipo de situaciones de emergencia prospere queda bastante contenida gracias a su sentido de la responsabilidad y buen hacer.

Respecto a las características de la población y público concurrente en el Parque de las Ciencias podemos imaginar que es muy diversa. Compuesta inicialmente por el personal propio de la empresa y personal de empresas subcontratadas, y por otro lado fundamentalmente visitantes ocasionales de todo tipo (visitas culturales, turistas, estudiantes, espectadores, abonados, etc.).   

LOS MEDIOS TÉCNICOS DE AUTOPROTECCIÓN

Si tuviéramos que considerar la sectorización del complejo podemos afirmar que la distribución de las distintas edificaciones que componen el centro, teniendo en cuenta las características constructivas de las mismas y condiciones de uso, hacen que podamos considerar múltiples zonas de seguridad donde la propagación de un incendio sería casi imposible. Hecho sin duda que se debe a un adecuado diseño de estos edificios en fase de proyecto y que ofrece múltiples opciones de cara a un confinamiento seguro de personas en caso de emergencia.

Las vías de evacuación con las que cuenta cada uno de los edificios que componen el Parque de las Ciencias se consideran correctamente dimensionadas y adecuadas al volumen de evacuación previsible que pueda requerirse tanto en una jornada normal de afluencia de público como en jornadas donde se haya organizado o se celebre un acto con picos de afluencia. La señalización de recorridos de evacuación y la situación estratégica del personal del centro garantizan el flujo de evacuación hacia zonas de seguridad, zonas exteriores y punto de encuentro en tiempos cortos y con amplio margen de seguridad.

 width=Todos los recorridos de evacuación y las salidas hasta zonas de seguridad, salidas al exterior o salidas de emergencia satisfacen las dimensiones de anchura necesarias y como es habitual en los Planes de Autoprotección se encuentran anexadas junto al resto de la documentación gráfica (Superficies, Usos e Instalaciones de Riesgo, Sectores de Incendio y Medios de Autoprotección, Señalización de Seguridad y Recorridos de Evacuación).

Respecto a la dotación de medios de autoprotección del Parque de las Ciencias, entendidos estos como medios materiales para combatir amenazas o emergencias probables, podemos afirmar que se encuentra perfectamente equilibrada con las necesidades reales del centro. Se trata de sistemas, instalaciones de servicio y protección y elementos de seguridad de acuerdo a las características y reglamentación específica que aplica a cada tipo de instalación, en función del recinto que se pretende reforzar y sujetas a un adecuado programa de inspecciones de seguridad, revisiones y operaciones de mantenimiento, llevado a cabo tanto por personal propio como por parte de empresas especializadas.

Se cuenta con hidrantes exteriores estratégicamente situados, sistema de alimentación doble e independiente para las instalaciones de detección y alarma, central de alarma de incendios conectada a pulsadores manuales y detectores automáticos ópticos, térmicos y termovelocimétricos, detectores lineales de humos basados en barreras de emisores de infrarrojos y reflectores localizados especialmente en edificios de grandes volúmenes, pabellones, auditorios, etc., sistema de megafonía con posibilidad de emitir mensajes pregrabados para casos de emergencia, alarma acústica de incendios y evacuación, exteriores portátiles de incendios, bocas de incendio equipadas de 25 mm (BIEs) con una presión de servicio constante suficiente para su puesta en funcionamiento en torno a 5 kg/cm2, grupos de bombeo para la red de agua contraincendios, sistema de rociadores automáticos o sprinklers y sistema de señalización de vías de evacuación y alumbrado de emergencia.

LOS MEDIOS HUMANOS. LOS EQUIPOS DE EMERGENCIAS

Los medios humanos disponibles para participar en las acciones de autoprotección sobre situaciones de riesgo y situaciones de emergencia contempladas en el Plan de Autoprotección del Parque de las Ciencias se corresponden con personal de las áreas anteriormente especificadas y que identifican cada edificio o recinto mayor.

En base al diseño establecido y dada la rotación de los turnos de trabajo en función de las necesidades de producción,  no se precisa determinar a priori la identificación exacta de cada persona o integrante de los equipos de emergencia. En cualquier caso el centro garantiza la presencia y dotación de personal en zonas estratégicas y se han establecido los mecanismos y medios de comunicación e información para la gestión de emergencias entre los  responsables y personas implicadas en la gestión de emergencias. Para garantizar la operatividad de los equipos de emergencia, la dirección del Parque de las Ciencias ha establecido un programa anual de formación teórica y práctica en extinción de incendios, gestión de amenazas potenciales, evacuación de personas y primeros auxilios. Para testar el nivel de adiestramiento o capacitación del personal implicado se programan ejercicios prácticos de extinción de incendios con fuego real y ejercicios de evacuación.

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Si ya de por sí en cualquier centro de trabajo que requiera la participación e implicación responsable del personal del centro para garantizar una correcta aplicación de las consignas y acciones a seguir en caso de emergencia, en un centro como el Parque de las Ciencias este aspecto cobra aún mucha más importancia. El nivel de confianza y seguridad que deben transmitir los responsables de emergencias, miembros de los equipos de evacuación y primeros auxilios a los visitantes a estas instalaciones sólo se consigue cuando se adquiere verdadera conciencia de la importancia de la correcta gestión de las emergencias para evitar daños personales y materiales. Para ello, el personal debe implicarse de forma activa en la organización del Plan de Autoprotección y no meramente acusar recibo de unas instrucciones básicas de actuación ante situaciones de emergencia. Del nivel de concienciación e implicación del personal del centro dependerá en gran medida el éxito o resultado del desarrollo de las  secuencias de actuación definidas en el Plan de Autoprotección ante cualquier amenaza prevista.

Grupo Inprex desea agradecer la colaboración prestada por el personal y directivos del Parque de las Ciencias para el desarrollo de este proyecto, con quienes se ha coordinado de forma excepcional y de principio a fin  el desarrollo de este trabajo.   

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EQUIPOS DE PRIMERA  y SEGUNDA INTERVENCION

Estos equipos estarán dirigidos directamente por el Jefe de Intervención.

FUNCIONES

  1. Conocer los riesgos específicos y particulares del Centro, debidamente clasificados por tipologías y lugares, generados por el uso y actividad desarrollada.
  2. Conocer las dotaciones y ámbitos de aplicación de los medios propios de protección disponibles.
  3. Señalar las anomalías que se produzcan en los sistemas de protección encomendados (extinción, evacuación, etc.) y perseguir su rápida reparación.
  4. Percibir e identificar los humos, olor a quemado, calentamiento anormal de instalaciones eléctricas de alumbrado y alimentación a motores y máquinas, así como conocer e interpretar crepitaciones, fugas y ruidos anormales en el funcionamiento de los aparatos más usuales del centro.
  5. Suprimir sin desafiar las causas que provoquen cualquier anomalía en su zona, bien por una acción indirecta, dando la alarma, o por una acción directa y rápida, como cortar localmente la alimentación eléctrica, aislar los materiales inflamables, etc.
  6. Combatir el fuego desde su descubrimiento con los medios disponibles en su zona o el Centro y, una vez hayan transmitido la alarma, aplicar las consignas del Plan de Autoprotección.
  7. Evitar la propagación del incendio cerrando puertas y ventanas y alejando o enfriando los productos inflamables y combustibles próximos al foco del incendio.
  8. Conocer las consignas, secuencias de actuación, acciones a realizar y demás aspectos relacionados contemplados para casos de emergencia.
  9. Seguir las instrucciones del Director de Actuación, Jefe de Intervención y de cualquier otra persona cualificada dentro de este Plan de Autoprotección (Bomberos, etc.).

Equipo Primera Intervención:

  • Dpto. Producción
  • Mantenimiento
  • Vigilante Seguridad Macroscopio
  • Coordinador Monitores
  • Dpto. Tecnología Péndulo

Equipo Segunda Intervención:

  • Dpto. Comunicación/Tecnología Macroscopio
  • Mantenimiento
  • Vigilante Seguridad Péndulo
  • Monitor AC (Ayudante Coordinación)
  • Coordinador Taquilla y Tienda

 

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Rodrigo Godoy Durbán

Rodrigo Godoy Durbán

Ingeniero Técnico Agrícola y Técnico Superior de PRL

Coordinador Técnico Territorial de Andalucía – GRUPO INPREX.º

Fuente PW Magazine 46

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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