Formación en Seguridad Vial Laboral

La Seguridad Vial Laboral (SVL) es un ámbito de la prevención de riesgos laborales que posee una especial relevancia, no sólo por la existencia de un gran número de accidentes laborales asociados a la circulación vial, como lo demuestra por ejemplo que, en el Estado Español en el año 2011 el 18’15% de los accidentes laborales mortales, eran víctimas de circulación “en misión”.

Enfatiza la importancia del tema la existencia de la instrucción número 9/2010 para la actuación de la Inspección de Trabajo en materia de seguridad vial. O la creación de la norma de sistemas de gestión para la seguridad vial (ISO 39001:2012), por parte de la agencia europea.

La conducción siempre entraña un riesgo, el cual no se puede eliminar y por tanto se deben adoptar medidas para minimizar dicho riesgo. Convirtiéndose así, la Formación en SVL (FSVL) en un elemento básico para reducir los accidentes de tráfico.

CARACTERISTICAS ESPECIALES DE LA FSVL

Cuando queremos diseñar y/o gestionar la FSVL debemos tener presente que nos podemos encontrar con varias barreras, que dificultan su gestión:

a) La FSVL es considerada generalmente, por parte de las empresas, una temática que no se puede abordar. Valoran que no se puede hacer nada ante los accidentes de circulación y que es un área que se escapa al control de la empresa.

b) Que la Dirección de la empresa, como los propios trabajadores consideren que si ya han superado la formación y poseen la autorización administrativa habilitante para la conducción de vehículos, no tienen porque volver a recibir una nueva formación. Añadir a ello, que para renovar el permiso de circulación no se contempla la necesidad de reciclaje de conocimientos.

c) Se ha realizado más formación en circulación vial y nula en seguridad vial. Lo que ha favorecido el reafirmar que se estaba formando en algo que la gente ya estaba aprobada. Con esta inadecuada formación se ha reforzado en mayor medida, la barrera psicológica citada en el punto b).

No todos los técnicos están capacitados para la impartición de la FSVL.

d) La FSVL no ha tenido hasta la fecha la eficacia que se esperaba, como lo demuestra que aún hay conductores que utilizan el teléfono móvil mientras conducen o que el 22% de los muertos de 2008 por accidente de tráfico no llevaban cinturón de seguridad. Se es conocedor que su uso es obligatorio, pero no se ha logrado aún la concienciación. Siendo la necesidad de concienciación uno de los puntos que indica la ISO 39001:2012 como elemento fundamental para la reducción de la siniestralidad vial.

e) No todos los técnicos están capacitados para la impartición de FSVL. Los conocimientos y las estrategias didácticas para la impartición de esta temática son muy específicos.

Para mejorar la percepción y predisposición hacia esta temática formativa, se deben adoptar una serie de mejoras, ya que de no realizarse, esta formación continuará fracasando.

MEJORAS A ADOPTAR

Estamos ante una temática formativa diferente a otras en seguridad laboral, y bajo nuestro criterio las estrategias pedagógicas/didácticas a seguir son:

– Previo a la formación debemos saber generar interés (motivación) en los participantes. Un mínimo de predisposición facilitará en gran medida la eficacia de la formación.

– Hacer realmente formación, ya que se ha realizado más información que formación. Reproducir simplemente normas de circulación, no significa estar formando en FSVL y por tanto tampoco estamos cumpliendo con el artículo 19 de la Ley 31/1995. Los incumplimientos de las obligaciones empresariales en esta materia son sancionables, aunque no haya ocurrido ningún daño a la salud de sus empleados (artículo 2 de la Ley 36/2011). Señalar que la gran mayoría de personas conocen las normas; otra cosa es que las cumplan; y ese sí que es un objetivo de la FSVL.

Se ha hecho más información que formación.

– Los contenidos de los cursos en SVL que sirvan para recordar o implantar una norma o procedimiento a seguir cuanto más se describan específicamente y se expongan ejemplos próximos a los alumnos, más probable será que se cumplan y se apliquen.

– Hacer más reeducación funcional en seguridad vial. Exponer contenidos prácticos y aplicables a la cotidianidad en circulación que faciliten que las personas tengan una auténtica educación en seguridad vial.

– La FSVL requiere de manera patente de estrategias pedagógicas que generen reflexión sobre esta temática. Por ejemplo, es más efectivo reflexionar cuánto creen que tardan en detener el vehículo que circula a 120km/h, y explicarles tras la reflexión previa individual que es 103m; que decir que no superen los 120 km/h o que gradúen la distancia de seguridad en base a la velocidad.

– La fundamentación de la FSVL debe sostenerse en estadísticas de accidentalidad. Por ejemplo, la franja del día en la cual se producen más accidentes en los vehículos de dos ruedas es entre las 12 y las 16 horas.

– Esta formación requiere de práctica, aunque en muchas ocasiones los simuladores no son suficientes. Si no se puede hacer práctica, deben mostrarse vídeos que ejemplifiquen gráficamente las situaciones que consideremos como más críticas o importantes. Nos acordamos de aquello que experimentamos o sobre lo que reflexionamos, y muy poco de aquello que nos dicen.

– Tener presente los aspectos psicosociales, ya que la situación personal de cada persona incide en su tipo de conducción.

– Diseñar y desarrollar en mayor medida contenidos sobre aspectos conductuales, en detrimento de centrase exclusivamente en conocimientos.

– La periodicidad de los cursos debe individualizarse en base a las necesidades de cada persona. Si se realiza una evaluación in situ sobre cómo conduce cada individuo, se podrá hacer reciclaje formativo sólo de aquellos aspectos detectados como necesarios.

TEMARIO

Respecto a lo concerniente a los contenidos, valoramos que el temario mínimo que se debe tratar en la FSVL es:

– Consecuencias del consumo de alcohol y drogas, ya que los convenios colectivos no permiten el control (alcoholímetro) previo a coger el vehículo de empresa. Por ejemplo, el cannabis no genera sensación de euforia al volante (como sí lo provoca el alcohol), pero hace tener una conducción con mayor torpeza. En base a la problemática real de la plantilla de cada organización respecto a estas adicciones, las temáticas de alcohol y drogas no sólo serán algo básico en las sesiones de FSVL, sino que en un gran número de casos requerirá también de la realización de dinámicas de grupo en la propia empresa.

– Explicar los efectos que tienen los fármacos sobre la conducción. Por ejemplo, los antihistamínicos favorecen la falta de concentración y la disminución de los reflejos. La empresa no sólo debe incluir este contenido en la FSVL, sino que debe tener unos procedimientos sobre cómo actuar, en base a los diferentes posibles efectos de los fármacos.

– Concienciación para que las personas realicen el auto-chequeo de diferentes aspectos de seguridad (safety) del vehículo: la presión de la rueda de repuesto, revisión de las luces de frenado, el chaleco reflectante en un lugar de fácil acceso (no en el maletero), etc.

– Cómo circular con condiciones meteorológicas adversas (niebla, viento y nieve/hielo).

– La FSVL debe estar adaptada a la mercancía que se transporta y todas las posibles situaciones a las que puede enfrentarse el trabajador. No es lo mismo un vehículo que no puede superar los 80 km/h, un tractor agrario, el transporte de aficionados cuando su equipo ha ganado una final, el transporte sanitario de emergencias o mercancías peligrosas. Cada tipología de vehículo y de actividad requiere de un tipo de conocimientos y habilidades claramente diferenciadas.

La FSVL debe estar adaptada a la mercancía que se transporta.

– Sentimiento de invulnerabilidad. Las personas pueden llegar a considerar que no les va a suceder ningún accidente y por ello asumen riesgos. El sistema cognitivo de los seres humanos opta por las reglas más fuertes, es decir aquellas que generalmente han sido de utilidad. Reglas que pueden favorecer la creencia que si en 20 ocasiones anteriores haciendo una determinada conducta no hemos sufrido un accidente, seguiremos sin tenerlo manteniendo esa determinada conducta.

– La seguridad pasiva de los vehículos, sus sistemas de seguridad, en muchas ocasiones facilitan que las personas tengan una falsa percepción de seguridad. No siempre se es consciente de cómo se deforman los vehículos y de la fragilidad del cuerpo humano.

– Explicar cómo y cuándo se debe utilizar el movimiento de contra-volante, ya que existe una idea errónea bastante extendida.

– Estrategias ante la fatiga tanto muscular como visual. Por ejemplo, circular por terrenos de color o formas uniformes (como campos de trigo), puede generar errores en la percepción de distancias e incluso incorrectas estimaciones de velocidad. Uno de los factores para limitar la tensión muscular es dedicar parte de la FSVL a la ergonomía del puesto: cómo ajustar la altura del volante respecto la altura de nuestros hombros, distancia del apoyacabezas respecto a la cabeza, cómo deben colocarse las manos durante la conducción o la inclinación que debe tener el respaldo; entre otros aspectos.

Explicar metodologías para que las personas puedan contrarrestar la monotonía en la conducción (subcarga atencional). Evitar que las personas conduzcan en automático, de manera casi ausente, ya que la monotonía facilita no sólo la somnolencia, sino también la reducción del nivel atencional y capacidad de reacción ante imprevistos. Deben exponerse ejercicios que permitan comprobar lo que supone la pérdida de atención/concentración cuando las personas por falta de estímulos, piensan en aspectos externos a la conducción. El sueño es generador de lapsus (microsueños) en los que se pierde el control de la conducción. Deberán existir estrategias para prevenir y contrarrestar el cansancio, la fatiga y la somnolencia. No olvidemos que en el 50% por cierto de los accidentes de tráfico profesionales, uno de los factores causales es la fatiga.

– Conducción bajo situaciones de tensión emocional. El estrés duplica la posibilidad de tener un accidente de tráfico. Al volante se exteriorizan en mayor medida nuestras tendencias naturales, como el carácter o el estado anímico. Por ejemplo, la música que escuchamos puede incidir en nuestra conducta (psicoacústica) al volante. Un tipo de música puede incrementar nuestro estado de euforia y otra facilitar nuestra merma atencional.

La FSVL debe contemplar temática tanto de fatiga física, como de tensión emocional.

– Las distracciones al volante son una de las causas presentes en un tercio de los accidentes de tráfico. Desde programar la radio o el GPS, encender un cigarrillo, observar un accidente en el sentido opuesto de la carretera; son situaciones que no facilitan la concentración en la carretera, y limitan la posible reacción ante un estímulo imprevisto. Atender al teléfono móvil, hablar y recordar cosas memorizadas puede suponer la pérdida de atención en la carretera de hasta el 50% de los estímulos de la misma. Es decir, las distracciones pueden ser tanto visuales como mentales.

En Resumen

La FSVL debe facilitar la evitación de errores generados tanto por, lapsus, deficiencias de conocimientos como deficiencias de habilidades (Rasmussen). La FSVL debe integrar tanto un desarrollo global de las aptitudes como de las actitudes asociadas a la circulación vial.

Por último, como cualquier buena formación, una vez finalizada, tiene que generar en las personas nuevas preguntas e inquietudes sobre esta temática. Si se sabe generar interés e inquietud sobre la SVL podremos garantizar que ha sido una formación efectiva.

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