En este artículo lo que se pretende es que el lector conozca que dificultades se puede encontrar a la hora de ejercer su trabajo docente, y tener una serie de herramientas que le permitan gestionar adecuadamente el proceso comunicativo para obtener el fin satisfactorio que pretendemos. Unos de los obstáculos que más nos pueden frenar en una formación exitosa es el “miedo a hablar en público”. Es por ello que el correcto entendimiento de los procesos comunicativos a nivel oral y gestual, nos ayudará a salir airosos de este trance tan mal considerado.

Entre los cometidos que llevamos a cabo los técnicos en Prevención de Riesgos Laborales se encuentra la formación a trabajadores en aspectos relacionados con la seguridad laboral en su puesto de trabajo. Sus características comparten puntos con otros tipos de formaciones impartidas a trabajadores adultos, si bien es cierto que tiene una casuística diferenciadora.

Primeramente, en esta exposición convendría determinar el escenario en el cual se desarrollan estas formaciones:

  • Público al que nos dirigimos. Dentro del alumnado que tendremos, el docente, ha de saber que debe orientar su locución de manera distinta dependiendo al que nos enfrentemos. Aquí hablaremos de alumnos que pueden ir desde una instrucción y cultura mínimas, hasta los que proceden de una enseñanza universitaria con cargos en sus respectivas  empresas. Es necesario informarnos sobre estos aspectos anteriormente a la impartición, para así conocer el lenguaje a utilizar y la estructuración de la materia a desarrollar.
  • Lugar de impartición. Podemos encontrarnos con bastantes problemas puesto que el sitio de la formación puede ser un aula reconocida y construida para tal fin, mientras que en otros casos no existe, como podemos encontrarnos cuando tenemos que hacer la formación en el lugar de trabajo de los alumnos (una obra, un taller,  etc.). En el primer caso, todo parece jugar a nuestro favor pero no siempre será así,  pues si la formación es en un aula pero ésta no es en la empresa donde nosotros trabajamos, podemos encontrarnos con dificultades organizativas principalmente, que nos supondrán un hándicap. En el segundo caso es evidente los obstáculos ambientales que existen (ruidos, problemas meteorológicos, etc.) y que pueden dificultar enormemente el buen desarrollo de la clase.
  • Temática. El formador en prevención de riesgos laborales, está capacitado por su titulación a impartir formación en cualquier tema perteneciente a las  especialidades técnicas de acuerdo con su capacitación (seguridad, higiene, ergonomía y psicosociología). Al margen de esto, la procedencia formativa del docente afectará notablemente, pues es obvio que un licenciado en derecho se encontrará muy cómodo en temas relacionados con el marco normativo de la prevención y sin embargo en temas técnicos quizá adolezca de ciertas carencias. Por el contrario, si la formación del prevencionista es fundamentalmente técnica ocurre a la inversa. Lo que debemos tener claro, es que la materia a impartir se deberá dominar y de ahí que preveamos con tiempo la dedicación que requerirá su estudio por nuestra parte.

Utilización de elementos favorecedores para la comunicación clara y efectiva

Para enfrentarnos con “el miedo a hablar en público” conviene conocer las diferentes etapas en las que la formación se divide. Para saber de que estamos hablando, he estructurado ésta en los tiempos que van desde los preparativos hasta el día de la clase. Es en este último punto se incluyen conceptos como la respiración, el contacto visual y la empatía. Destacamos un elemento que conviene tener muy presente y que versa sobre el “quedarse en blanco” o “black out”.

Fase previa

En esta fase se incluyen los momentos que no pertenecen a la fase comunicativa propiamente dicha, pero que en cierta forma ayudaran al éxito de la actividad formativa.

A) Conocimiento exhaustivo de la materia a impartir.

De esta forma, haremos  llegar el conocimiento de manera clara y concisa a nuestro receptor, minimizaremos la posibilidad de “no control” y a la par disfrutaremos nosotros de la clase impartida.

B) El día anterior.

Conviene tener la clase preparada con bastante antelación y no prepararla de manera precipitada la noche anterior. Relajarse, hacer una  actividad distinta y de ocio puede ayudar (ver una película, leer un libro, etc.).

Fase de pre-formación

Llegado el momento previo a la formación, se tienen que tener en cuenta los siguientes aspectos:

A)Llegar con tiempo.

A veces conocemos el aula y otras no. Conocer el aula y su entorno con antelación y prever posibles inconvenientes de la misma (por ejemplo existencia de un pilar en medio de la sala, etc.), hará más probable que podamos resolverlos antes de que se presenten.

B)Aplicar métodos de relajación.

Dominar el Método de Jacobson nos servirá de gran ayuda. Dichas técnicas se basan en secuencias de tensión-relajación de diferentes músculos del cuerpo de una duración de 5 segundos cada una. Empezaríamos la técnica por las cejas, la mandíbula, las cervicales, los hombros, etc. hasta los pies.

Durante la comunicación

Iniciada la comunicación, para que esta transcurra tal y como nosotros deseamos, tendremos presentes los siguientes ítems:

A) Respiración

Le damos poca importancia, pues este acto reflejo lo hacemos de manera natural. Debemos ser conscientes que la respiración constituye el pilar básico de la comunicación, que ayuda a que el orador llegue a lanzar el mensaje de manera fluida, armoniosa y eficaz a sus oyentes. Pero ¿cómo debemos respirar? Durante la secuencia inspiración-expiración procuraremos en la fase inspiración retener el aire en el abdomen durante 3 segundos y posteriormente soltar poco a poco en ese mismo tiempo. Así repetiremos sucesivamente. Esta técnica requiere práctica, pues solemos respirar mal. Si conseguimos hacerlo bien y de manera natural, nos sentiremos relajados, las frases nos saldrán sin ser precipitadas, con cadencia y modulación.

B) Visualización

En la visualización se establece un vínculo estrecho entre la persona que comunica (emisor) y la persona que recibe el mensaje (receptor). La comunicación tiene un componente básico que es el lenguaje codificado del idioma pero tampoco debemos de menospreciar la parte que no es verbal, en forma de comunicación gestual. En los siguientes apartados esbozaremos unas ideas para que la comunicación no verbal sea la correcta.

  • Calentamiento (voz y cuerpo). Debemos darnos “ánimos”, frases de refuerzo positivo como “lo he trabajado bien”, “tengo todos los aspectos dominados”, etc., ayudan a focalizar nuestro fin: llegar a la meta de manera eficaz.
  • Receptor. Es tanto o más importante que el emisor. Deberá convencerse  de  tu profesionalidad. Es importante lo que dices pero también como lo haces, procurando hacer llegar el mensaje al receptor de manera adecuada.
  • Posturas abiertas. Ayudan a proyectar seguridad y confianza, de tal manera que así nos ven los demás. Debemos evitar cruzar los brazos, tener las manos detrás o colocar las manos en los bolsillos, que son formas de comunicación “no verbal” que supondrán un perjuicio para nuestra imagen.
  • Posición corporal. Ayuda la postura del cuerpo puesto que una mala colocación de éste afectará aspectos como la manera de respirar, la vocalización e incluso en la manera que los alumnos nos perciben. La manera de colocarnos será: la cabeza recta (no hacia atrás pues acorta de manera rígida la columna  vertebral), las piernas relajadas, las rodillas desbloqueadas, talones apoyados en el suelo.
  • Voz. Olvidar todos los prejuicios, puesto que cada uno tiene la voz que le caracteriza, más o menos grave, baja o alta, etc.

C) Contacto visual

El contacto visual contribuye a que la formación sea muy eficaz, pues mantener el contacto con el público demostrará nuestra seguridad y capacidad como docente, la credibilidad del mensaje y asegura que la materia es comprendida por nuestros alumnos.

  • Mirar al público unos segundos antes de comenzar la formación. Aporta seguridad y confianza.
  • Dejar los papeles que llevemos en la mesa. Si necesitamos tener apuntes, mejor que sean en una cartulina pequeña, puesto que si es un papel y nos encontramos un poco nerviosos se notara en exceso el movimiento de un posible temblor de manos. Leer notas constantemente hace que perdamos el contacto visual con nuestros alumnos, será también perjudicial para nosotros dando la impresión al oyente de que no dominamos la materia.
  • Nunca desviar la mirada, pues denota falta de seguridad, incertidumbre ante lo que explicamos, etc.
  • Evitar mirar fijamente a una persona puesto que la incomodamos. Se deberá mirar o proyectar a un punto fijo situado en el entrecejo de nuestros alumnos. A la hora de hacer la exposición debemos tener la mirada hacia adelante. Mirar al suelo denota inseguridad, a la vez que indirectamente vamos haciendo decrecer la voz. Tampoco debemos enfocar por encima de la línea de entrecejo de alumnos porque denotará superioridad, hecho que no nos conviene.
  • Intentar no dar la espalda a los alumnos con frecuencia cuando utilicemos  métodos auxiliares (pizarra, power points, etc.)
  • Para entrenar la visualización de nuestro público podemos hacerlo hablándonos delante del espejo. Debemos perder el temor a hacer el ridículo.

D) Empatía

La empatía es la identificación con el público, pues comprendemos las reacciones y los sentimientos del mismo. Las bases de esta se fundamentan en:

  • Escucha y retroalimentación. Que los trabajadores aporten situaciones vividas por ellos y aplicadas a lo que se está explicando nos da la oportunidad de parafrasearlos con nuestras propias palabras para hacerlos sentir que los hemos comprendido.
  • Respeto.
  • No querer gustar.
  • Hablar con vocabulario adecuado. Como ya hemos mencionado, interesa saber  con antelación a quien va dirigida la formación puesto que no es lo mismo una formación a personal directivo que a mano de obra directa.
  • Adecuar nuestra imagen al entorno en el cual se va a desarrollar la formación.

E) Black Out (quedarse en blanco)

Quizá es la peor situación en la que se puede hallar un formador, puesto que es una situación de incapacidad de saber continuar, la dificultad de seguir el hilo de la comunicación. Esta circunstancia le puede ocurrir a cualquiera, sea un orador experimentado o una persona que está dando sus primeros pasos. La diferencia entre uno y otro es la capacidad resolutiva para salir airosos de este trance.

Conclusión

En este artículo he pretendido hacer una amplia descripción de los principales problemas que nos podemos encontrar durante una clase a trabajadores. Uno de estos, es el temido momento en el que se nos puede presentar el “miedo a hablar en público”. Muchas veces el perfil del docente es puramente técnico y adolece que tener las herramientas de psicología, pedagogía y conocimientos de oratoria; sin embargo, podemos concluir que todo el mundo es capaz de llevar a cabo una formación de manera exitosa, teniendo en cuenta los aspectos mencionados y  aplicando los conocimientos adquiridos a lo largo de su experiencia en formación y en su práctica laboral.

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Francisco Nebot Edo

Francisco Nebot Edo es Ingeniero Técnico Industrial por la Universidad Politécnica de Valencia (año 1998) y Técnico en Prevención de Riesgos laborales en las especialidades de Seguridad en el trabajo, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología aplicada (años 2002 y 2009). Dispone de la formación de postgrado de Auditor del Sistema de Prevención de Riesgos Laborales. Intensificación en OSHAS 18001 por la Universidad Politécnica de Catalunya (año 2011).

Fuente Prevention World Magazine nº 45

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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