La actual siniestralidad laboral, con unos altos índices en el número de accidentes de trabajo, con unas enfermedades profesionales de las cuales no hay datos fiables, hace necesario un esfuerzo solidario para incrementar los niveles de seguridad y las medidas de vigilancia de la salud de los trabajadores.

Ante lo anterior, llaman la atención determinadas afirmaciones efectuadas en seminarios, jornadas… de personas vinculadas directa o indirectamente al campo de la prevención de riesgos laborales, tendentes a considerar que la vigilancia de la salud de los trabajadores, según recoge la propia Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, en su artículo 22, puede ser efectuada por médicos distintos a los Diplomados y Especialistas en Medicina del Trabajo, únicos profesionales reconocidos oficialmente para desarrollar esta tarea.

Escasez de especialistas

En opinión de las sociedades científicas que suscriben esta carta abierta, el argumento principal esgrimido, que es la escasez de médicos del trabajo, sólo encubre intereses siempre ajenos a preservar la salud del trabajador.

1º No puede argumentarse la escasez de médicos del trabajo como excusa para contratar médicos generalistas o de otras especialidades, ya que si ello fuese cierto debería celebrarse una convocatoria extraordinaria para MIR en Medicina del Trabajo. Lo contrario constituiría un agravio, ya que cuando se desarrolla la Ley 31/1995 se establece la necesidad de contar con técnicos superiores en Seguridad, Higiene Industrial y Ergonomía y Psicología Aplicada. ¿Con cuántos técnicos se contaba entonces? Fue necesario el estructurar cursos y acreditar centros de formación para poder disponer de estos profesionales.

En Medicina del Trabajo, los centros de formación existen ya, y si se hiciera el debido caso a la Comisión Nacional de la especialidad podría solventarse el supuesto problema en un plazo razonable, pasando la especialidad al grupo II (cuatro años de formación de postgrado), como se definía en el borrador original del decreto de mestos.

Desconocemos por qué se ha eliminado este punto del redactado del proyecto, cuando tanto residentes de Medicina del Trabajo, como sociedades científicas, como médicos en posesión del título de la especialidad y diplomados de empresa están plenamente de acuerdo en modificar la categoría de la especialidad.

Caso a quien más chilla

Pareciera que tan sólo se hiciera caso a quien más chilla o presión hace, en vez de aquél a quien ampara la ley y la razón y que actúa con la debida prudencia y sentido común. Por tanto, exigimos que se vuelva a incorporar al proyecto de decreto de mestos el paso de la Medicina del Trabajo al grupo II de formación MIR, como especialidad mixta hospitalaria-extrahospitalaria.

2º No puede argumentarse la escasez de médicos del trabajo para contratar sanitarios de otras especialidades o generalistas, ya que en muchas ocasiones el médico del trabajo no acude a las ofertas de empleo de determinadas mutuas y empresas por ser inexistentes o porque el salario se encuentra totalmente alejado del nivel de capacitación profesional requerido, en definitiva la de médico especialista o diplomado, y de su nivel de responsabilidad.

Es por ello que este argumento sólo puede esconder intereses económicos, que buscan exclusivamente un ahorro monetario a cambio de la salud del trabajador, la cual sería vigilada, de llevarse a cabo esa aberración, por médicos sin competencia profesional alguna en esta materia.¿No resultaría lamentable que las plazas de UCI las cubrieran sin intensivistas? ¿Es acaso el trabajador un ciudadano de segunda?

3º No puede argumentarse que la supuesta escasez de médicos del trabajo justifique esta pretendida desprofesionalización, a no ser que la Administración, para mejorar los índices de siniestralidad, permita la contratación de profesionales no capacitados para asumir funciones diferentes a aquélla en la que han sido formados. No debe olvidarse cuál es la ordenación profesional sanitaria de España.

No podemos, a estas alturas, cuestionar quién es el profesional competente para llevar a cabo la vigilancia de la salud de los trabajadores y qué funciones desempeña. No se trata de un capricho de unos pocos interesados. De ser así, las organizaciones europeas y sus directivas comunitarias no especificarían tan claramente todos estos extremos. En el caso de que esto se permitiese, triunfaría la sinrazón e incurriríamos en ilegalidad manifiesta.

Atropello pretendido

La Asociación Española de Especialistas en Medicina y Seguridad del Trabajo denuncia públicamente el atropello que algunos sectores quieren cometer, al intentar convertir la salud y vida de un trabajador en un mero objeto de transacción comercial, permitiendo que profesionales no formados ocupen el lugar de los formados específicamente para la vigilancia de su salud. Unicamente el desconocimiento de la Medicina del Trabajo como especialidad médica, vía MIR u obscuros intereses económicos disfrazados de milagrosas soluciones son los motivos que justifican semejante despropósito y dejar la salud de los trabajadores en manos de médicos sin capacitación alguna.

Por todo lo antedicho, exigimos que la salud del trabajador y su vigilancia sean competencia exclusiva de los médicos del trabajo.

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Diario Medico – Javier Sánchez Lores y Jesús María Goicoechea – Presidentes de las asociaciones españolas de Especialistas en Medicina del Trabajo.

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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