Hace unas semanas la Dirección General de Tráfico comenzó a incluir en los paneles informativos distribuidos por las carreteras españolas la recomendación de llevar encendidas las luces de corto alcance, en coches y transportes ligeros, durante el día. Este consejo permitirá a los conductores españoles habituarse a la propuesta planteada por la Comisión Europea de obligar a estos usuarios de la vía a mantener la luz de cruce, incluso en horario diurno Daytime Running Lights (DRL), normativa que entrará en vigor a partir del 7 de de febrero de 2011.

Según distintos organismos de sólido prestigio, como la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), el fabricante de automóviles General Motors, el Institute for Road Safety Research (SWOV) y la Comisión Internacional de la Iluminación, entre otras entidades, la utilización de la luz de corto alcance durante todo el día permitiría evitar entre un 2% y un 4% de los accidentes y, en el caso de los atropellos a peatones, el porcentaje se dobla hasta reducir su número entre un 4% y un 8% según las estimaciones más conservadoras, lo que representa unos 4.500 heridos y aproximadamente 150 víctimas mortales menos al año. Otros estudios más optimistas incluso aseguran que adoptar una solución como esta permitiría reducir la siniestralidad hasta un 25%.

“Tras analizar las experiencias de diversos países, los datos de accidentes, las investigaciones experimentales realizadas, las opiniones de expertos y las encuestas a los conductores, hay un balance claramente positivo de esta medida, pese a la existencia de algunos puntos negativos que están muy por debajo de los beneficios que se pueden obtener”, explica el Dr. Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia y presidente de Fesvial.

El hecho de llevar las luces del vehículo encendidas durante el día no es una cuestión irrelevante. En la seguridad vial, y más concretamente en todo lo relacionado con la evitación del accidente, según numerosos estudios realizados durante los últimos diez años, la correcta visibilidad de los vehículos se ha descubierto como una de las variables más relevantes a la hora de explicar el accidente. De hecho, el 95% de las decisiones que adopta un conductor se basan en la información visual que le llega del entorno.

Aparte de ello, existen un amplio número de investigaciones de accidentes y sofisticados estudios en laboratorios, que dejan claros los efectos beneficiosos de utilizar las luces del vehículo durante el día. Estos serían otros de los argumentos a favor de esta propuesta:

– Es una iniciativa en general muy bien aceptada por la mayoría de la población.

– Se percibe mejor la presencia de los vehículos e incluso sus movimientos.

– A mejor visibilidad, es mucho menor el tiempo de reacción del conductor.

– Las luces durante el día mejoran mucho la percepción visual, especialmente la periférica.

– Se evalúan mejor las distancias y la velocidad de los vehículos.

– Se distinguen mejor los vehículos parados de aquellos que están en movimiento.

– Se reducirían los siniestros por visibilidad de determinados colores de vehículos.

– Aumenta el efecto de contraste del vehículo con cualquier elemento de ambiente.

– Se mejora mucho la visibilidad y el riesgo en los adelantamientos.

– Las luces específicas DRL consumen poco, no deslumbran y duran mucho.

– Se percibe mejor el vehículo que va a adelantar y el que viene adelantando.

– En un vehículo equipado de origen con el sistema DRL, el consumo extra de combustible es muy bajo, estas luces no deslumbran y duran mucho.

– Favorece la visión a los niños y a las personas mayores con problemas de visión.

– Pese a los prejuicios, los peatones, ciclistas, etc., verían mejor los vehículos.

– Sirve para evitar las distracciones en vías o tramos monótonos por el flujo óptico.

No obstante, aunque los argumentos a favor de esta medida son bastante sólidos, otras investigaciones y experiencias de países que tienen implantado este sistema aportan algunos aspectos negativos a la aplicación de esta normativa, aunque las desventajas cambian en función del tipo de vehículo de que se trate, el entorno de circulación y otras variables.

– Los usuarios más vulnerables de la vía temen no ser bien percibidos.

– Se argumenta que se produciría un cierto incremento en el gasto de combustible.

– Habría un impacto medio ambiental, debido al ligero aumento de las emisiones de CO2.

– Se tendrían que cambiar con mayor frecuencia las bombillas.

– Puede haber peligro de deslumbramiento si las luces no está bien regladas.

– Hay menos visibilidad de la luz de frenada y tercera luz en coches sin DRL de origen.

– Se puede producir descarga de la batería si hay olvido de apagar las luces.

– En los vehículos donde la conexión de las DRL es manual, cabría la posibilidad de que muchos conductores olvidasen encender las luces cuando sea obligatoria.

– La eficacia de la medida es más alta en los países nórdicos y menor en los de mayor luz.

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Fesvial – Redacción Prevention World

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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