Éstos son temas conocidos por todos. ¿Qué estamos haciendo?Cuando hablamos de seguridad asociamos ésta especialidad a gente que no entienden razones, que no se aparta de una estructura y que son inflexibles. Y parte de razón tienen. Pecamos de misteriosos y no buscamos una solución. Sabemos decir muy bien que no.

No nos damos cuenta que la función principal es la prevención y para ello primero hay que escuchar.

Nadie puede imaginar que alguien de seguridad muestre cuales son los objetivos a controlar y menos contar los motivos de ese control, pero muchas veces es necesario que el controlado sepa de nuestra capacidad.

Primero cuando existe un problema de seguridad debemos asumirlo, no lo podemos ignorar ni negar, el problema existe. Tampoco debemos acusar, estamos hablando de un problema de nuestra materia. Los errores no se justifican, no tenemos que poner excusas. Entonces ¿qué es lo que debemos hacer?

Asumir nuestra responsabilidad y darle una solución actuando sobre los hechos, quizás no de manera perfecta pero lo suficientemente elaborada como para parar la “enfermedad”.

Una vez realizado esto hay que analizar que es lo que pasó. Buscar las verdaderas causas. Es allí donde entran los Qué, Cómo, Cuándo, Dónde, Quién, Cuál, A quiénes, Para qué, Por qué.

Veremos que se podía evitar. Entonces tomamos las medidas correctivas para que no vuelva a suceder. Pero los problemas buscan nuevas rutas y no paran hasta llegar a destino (Hecha la ley …). Debemos entonces utilizar nuestra imaginación, aprovechando los conocimientos y experiencias vividas. Pensar como quien nos quiere engañar. Sólo así encontraremos controles que apunten a prevenir.

Prevenir es una cadena de sucesos analizados, corregidos y puestos en la práctica basándonos en experiencias y conocimientos en busca de soluciones, no siempre basados en hechos ocurridos sino también en los que puedan suceder.

Ese preconcepto de rígidos hasta para pensar que tiene el personal de seguridad muchas veces uno lo cultiva. ¿Cómo?

Actuando sobre los hechos (posición muy cómoda para algunos que por temor a hacer de más ocasione un conflicto) y haciendo de ésta forma una especie de carrera sin fin. Cuando no llegamos a dar soluciones a tiempo damos una paso muy grande hacia atrás.

Ahora bien, si sabemos como debemos actuar ¿Por qué no lo hacemos?

Normalmente nos ponemos excusas para tratar de justificar ésta carencia y la falta de tiempo es nuestra vedette.

Cuando nos dan otras tareas que nos distraen de nuestros objetivos debemos que decir que no. Medite sobre lo urgente y lo importante. (Recuerde cuando los directivos nos ven en nuestra etapa de análisis y aparentamos que no hacemos nada).

Otro error es la falta de supervisión, seguimiento o la falta de importancia que le damos a ciertas novedades.

Pero la peor carencia es no formar a quienes realizan las tareas. La formación del personal es el pilar fundamental de toda organización. Esta actúa como un resorte, se ejerce presión en un sentido para que el retroceso te empuje aun con mayor fuerza. Mientras más se forme mas crecemos, por un principio fundamental que es la necesidad de superarnos. Por eso muchas veces vemos que con tal de no perder poder se censura aquello que pueda perjudicarnos o superarnos.

Además es el principio para delegar. Uno debe ser autoridad, debe ser reconocido por nuestros métodos, conocimientos y capacidad de manejo del personal a cargo. ¿Acaso cuando la orden viene de la persona idónea del tema no se toma diferente a la orden de aquel que lo desconoce?

En seguridad también es muy importante la práctica. ¿Cuántas prácticas realizamos con el personal en tareas específicas de control?

El poder es solo una circunstancia. Liderar proyectos es el desafío más hermoso que podemos encontrar cuando sabemos que lo vamos a realizar en forma satisfactoria. Mientras más conocemos el terreno más fácil nos resulta el trabajo, nos supone menos tiempo, nos sentimos más seguros y reducimos ciertos riesgos laborales.

Otro factor a tomar en cuenta es que los controles por lo general son tildados como los causantes del entorpecimiento de la gestión comercial demorando en forma burocrática el flujo normal de la actividad. De hecho muchas veces resulta ser así. Otro error. ¿Cuántos de nosotros nos informamos y aprendemos como es la actividad comercial antes de controlarla? Posiblemente sean pocos los que se molestan en aprender. Entonces sí causamos verdaderos dolores de cabeza. Un control bien hecho en el momento oportuno nos va a ahorrar mucho tiempo tanto a Seguridad (volver a hacer el control) como al sector comercial que en cuanto ve que algo no le cierra empieza a controlar todo de nuevo (por ejemplo realizar inventarios, recuentos, etc.)

Cuando desde la parte comercial uno observa que quienes nos controlan están lejos de realizar las tareas acertadas no sólo se cataloga a Seguridad de pocos eficientes, sino que también incentivan a que se cometan irregularidades. Es fundamental sentarse con quien exije el control y unificar los criterios de la Seguridad que se pretende.

Entonces, la seguridad debe acompañar la gestión comercial, porque sobre todo ahorramos tiempo. Y el tiempo cuesta.

Dentro de los flagelos que surgen en nuestra actividad es que tenemos que asumir un mismo nivel de seguridad con un menor presupuesto (somos el termómetro de cómo se encuentra la empresa), son seguidos los recortes de personal. Pretenden que con menos cantidad de empleados se cumpla un mejor servicio. ¿Eso no es imposible?. No. De hecho lo hemos realizado cuando no queda mas remedio y se termina buscando un sistema que reemplace a una cantidad de personas para hacer el control. Entonces ¿porqué se busca ese tipo de soluciones sólo cuando falta personal? ¿Porqué no se busca un sistema para mejorar el servicio con la totalidad del plantel?. Es que sólo usamos la creatividad y la imaginación cuando estamos realmente necesitados.

Por último cuando la seguridad se realiza en forma correcta debemos sentirnos y hacer sentir orgullosos a propios y a ajenos.

Muchas veces quien debe cumplir y hacer cumplir con una política de seguridad no son gente del area de seguridad y no viven ni sienten como prioritario nuestra tarea. No ven el lado del vaso lleno. Exigen resultados por nuestras tareas operativas y no por las tareas preventivas.

¿Cuántas veces tuvimos la oportunidad de sentarnos y expresar lo que pensamos?

No nos resignemos. Seguiremos siendo esos molestos que, en el momento justo somos indispensables, pero que si llegamos tarde dejamos de existir.

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PatricioM – Argentina

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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