Nuestros hogares pueden ser espacios no tan saludables como nosotros pensamos. Algunos materiales usados en la construcción, aislamiento y decoración pueden hacer que nuestra casa se convierta en una fuente de posibles alergias.
Existen revestimientos decorativos para suelos y paredes que contienen sustancias químicas nocivas que los hacen más resistentes, duraderos, ligeros y fáciles de aplicar. Lo mismo podemos encontrar en pinturas sintéticas o disolventes, en los que resinas sintéticas, ya sean gliceroftálicas, vinílicas o de poliuretano, hacen de aglutinante.
Marcel Guedj, autor del libro “Una casa sin alergias ni contaminantes”, sus disolventes son sustancias químicas provenientes de hidrocarburos aromáticos, como el tolueno o el estireno, lo que origina el olor persistente que desprenden.
El contacto prolongado con estas sustancias puede provocar irritaciones cutáneas y migrañas, porque su volatilidad dura varias semanas tras aplicar la pintura. Otros productos, como colas y masillas para colocar baldosas y otros revestimientos, contienen resinas epoxi, potencial fuente de alergias cutáneas.
En la medida de lo posible debemos escoger materiales naturales sin sustancias químicas.
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