Según el estudio realizado por FUNDACIÓN MAPFRE y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), durante los meses de invierno se concentran la mitad de las víctimas mortales producidas por los incendios.
Desde el 2010 se ha venido reduciendo el número de víctimas mortales producidas por incendios en España, siendo este descenso notable en la estación invernal durante la cual se registran la mitad de las muertes. Precisamente, y según se recoge en el estudio, son los aparatos productores de calor una de las principales causas de los incendios por lo que se hace necesario extremar las precauciones en esta época del año.
Durante los meses de invierno del 2010, enero, febrero, marzo y diciembre, hubo 94 fallecidos (total 192). En los meses de invierno del 2011 murieron en España 85 personas (total 173), 72 en 2012 (total 170) y 64 en 2013 (total 132). Lamentablemente durante los meses más fríos del 2014, la APTB ha registrado 83 víctimas mortales.
En este estudio solo se contemplan los datos de incendios y explosiones por lo que no se han tenido en cuenta los fallecimientos ocurridos por intoxicaciones por la mala combustión de estufas, chimeneas, calderas, braseros, etc.
Desgraciadamente cada año mueren en España decenas de personas por esta causa por lo que una vez más, la APTB insiste en la importancia de la prevención en este aspecto. Además de los posibles incendios que pueden originar estos elementos de calefacción, existe el peligro de aquellos que utilizan la combustión de gas o sólidos para producir calor y que, debido a una mala ventilación o a un mantenimiento defectuoso del sistema, generan monóxido de carbono (CO), denominado el “asesino silencioso”, un gas tóxico que se mezcla bien con el aire, y ni se ve ni se huele.
En este sentido el presidente de la APTB, Carlos Novillo hace un llamamiento especial con el fin de extremar la alerta ante los graves riesgos que suponen la mala utilización o la falta de un mantenimiento adecuado en determinados sistemas de calefacción y recalca la necesidad de hacer llegar a la población todo tipo de información para prevenir y evitar accidentes derivados de los usos inadecuados de los sistemas de calefacción.
Las posibilidades para prevenir una posible intoxicación por este compuesto son, por un lado, la instalación de detectores, disponibles en el mercado en centros especializados, y, la más importante, la perfecta revisión y mantenimiento de los aparatos susceptibles de producir este gas, sin olvidar las rejillas de ventilación de las viviendas.
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