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La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) ha evaluado la carcinogenicidad de los insecticidas gamma-hexaclorociclohexano (conocido como lindano), el diclorodifeniltricloroetano (DDT) y del herbicida ácido 2,4-diclorofenoxiacético (2,4-D), el más empleado en el mundo.

Un grupo de trabajo formado por 26 expertos de 13 países, convocados por el Programa de Monografías de la IARC, ha clasificado el insecticida lindano como carcinógeno para los humanos, dentro del dinominado Grupo 1.

El  grupo de trabajo fue presidido por Manolis Kogevinas, director científico adjunto e investigador del Centre de Recerca en Epidemiologia Ambiental (CREAL), centro aliado del Instituto de Salud Global (ISGlobal).

La investigación sobre los efectos cancerígenos de la exposición a los pesticidas en los seres humanos es muy difícil. Esta es la primera vez en los últimos 30 años que un plaguicida (lindano) se clasifica como carcinógeno humano, aunque sabemos que muchos de los plaguicidas utilizados son cancerígenos tal como se ha comprobado en pruebas con animales“, explica Kogevinas.

La evaluación del DDT como un probable carcinógeno (Grupo 2A) también es importante. El DDT había sido uno de los insecticidas de uso más frecuente en todo el mundo. Su uso es limitado y, en la mayoría de los países se prohibió debido a los extensos efectos perjudiciales sobre el medio ambiente.

Los estudios epidemiológicos encontraron asociaciones positivas entre la exposición al DDT y el LNH, el cáncer testicular y cáncer de hígado. También hubo una fuerte evidencia experimental de que el DDT puede suprimir el sistema inmune y afectar a las hormonas sexuales.

El herbicida 2,4-D fue clasificado como posible carcinógeno para los humanos (Grupo 2B). Los estudios epidemiológicos proporcionan una fuerte evidencia de que el 2,4-D induce estrés oxidativo, un mecanismo que puede operar en los seres humanos, y pruebas moderadas de que el 2,4-D provoca inmunosupresión.

El lindano se ha utilizado ampliamente para el control de insectos, tanto en la agricultura como para el tratamiento de piojos y sarna en las personas. Sin embargo, el uso del lindano está prohibido o restringido en muchos países.

El DDT fue introducido para el control de enfermedades transmitidas por insectos durante la Segunda Guerra Mundial y aplicado ampliamente para erradicar la malaria y en la agricultura. Aunque la mayoría de los usos de DDT se prohibieron en la década de 1970, el DDT y sus productos derivados son altamente persistentes y se pueden encontrar en el ambiente, animales y los tejidos humanos. La exposición al DDT se sigue produciendo, principalmente a través de la dieta.

Desde su introducción en 1945, el herbicida 2,4-D ha sido ampliamente utilizado para el control de malezas en la agricultura, la silvicultura y los entornos urbanos y residenciales. Las exposiciones ocupacionales a 2,4-D pueden ocurrir durante la fabricación y aplicación, y la población en general pueden estar expuesta a través de los alimentos, el agua, el polvo, o la aplicación residencial, y durante la pulverización.

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agenciasinc.es

Este contenido ha sido publicado en la sección Noticias de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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