El abogado de los trabajadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), personados en la causa sobre el hacinamiento de cadáveres destinados a la investigación, ha subrayado la dejación de funciones de los responsables del depósito, que debían tener un móvil para permitir esta situación y ha dejado claro que «se trata de una dejación de la normativa de prevención de riesgos laborales». Por eso, ha atribuido la responsabilidad a todos los implicados que tuvieron conocimiento de lo que ocurría allí.
El letrado ha recalcado los daños personales, psicológicos y físicos que siguen sufriendo sus defendidos, quienes la mayoría perdieron el olfato y contrajeron importantes enfermedades debido a la exposición al formol durante años.
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