Los responsables de una empresa de forrajes en la que ocurrió un accidente laboral en el que un trabajador sufrió heridas graves al ser atrapado un brazo por el arrastrador de un transportador, mantienen que el siniestro tiene su causa en la imprudencia del propio operario en el desempeño de su trabajo.
En el juicio el fiscal pide dos años y un día de cárcel para el empresario y para el jefe de planta, además de una indemnización de más de 329.000 euros. El trabajador sufrió graves lesiones que le dejaron secuelas.
Desde la empresa se ha mantenido en el juicio que el trabajador desoyó las instrucciones dadas, despreciando las normas de seguridad. El hombre introdujo la mano en la cadena transportadora de la maquinaria de deshidratado de alfalfa para retirar un alambre que se había quedado atascado en ella. Según la representación legal de la empresa, esta maniobra se realizó sin detener la maquina, a pesar de que tenía a su alcance un botón de parada perfectamente identificado.
El ministerio fiscal, mantiene que este accidente y las lesiones no se habrían producido de haberse utilizado las medidas de seguridad.
El fiscal incide en que los dos acusados estaban legal y normativamente obligados a facilitar y exigir a los obreros el cumplimiento de las cautelas y prevenciones, además de la formación específica en cuanto a los riesgos de atrapamiento del trabajo.
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