Hola amigos, desde México, os envío mi anécdota:
En mis inicios de la seguridad laboré en campañas de salud en el trabajo aplicando vacunas a los trabajadores en las empresas. Fui asignado a una planta siderúrgica y vacunábamos al día alrededor de 300 trabajadores.
En la silla de vacunas se sentó un operario muuy bajito, le pedí que me diera su brazo para tomarle la presión arterial y el me dio su brazo derecho; luego, le solicite el otro brazo para vacunarle ya que tenía bastantes cicatrices en el brazo que previamente me había dado, y pensé que su hombro estaba igual, pero no me contesto, le pedí el brazo nuevamente y
no me contesto, de nuevo se lo pedí y tampoco hubo respuesta.
En eso el operario que estaba al lado me dijo: “le falta el otro brazo amigo”… y al voltear a ver nuevamente al operario, efectivamente le faltaba su otro brazo ¡pero la camisa de manga larga que el traía puesta hacía verlo como si su brazo estuviera ahí…!
El símplemente levanto los hombros y sonrió amablemente, y todos en la fila soltaron una carcajada… ¡¡Me sentí tan mal¡¡
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