Como una réplica tardía, más no menos importante, del sismo en seguridad laboral que significó el Accidente de los 33, resulta volver a alguno de los informes presentados por una mutual referente al caso y que revela el deseo de encontrar respuestas propias al problema que en Chile representa la SSO.

El interés que representa el hecho no es menor si entendemos que a juicio del Ministro de Minería de la época el costo de la operación de rescate oscila entre 15 y 20 millones de dólares, suma extraordinaria para un pequeño país en desarrollo como es Chile.

El estudio revela el deseo de encontrar respuestas propias al problema que en Chile representa la SSO, tal vez esa sea su importancia. Pero, dicho trabajo no aparece como sincero ya que entrega una visión obsoleta, esto es, entender la empresa como una organización dedicada única y exclusivamente a la producción de bienes y servicios. En este sentido, el estudio puede aplicarse también a industrias como la del acero y la del petróleo, o a la industria de la madera o de la pesca. No hay mayores diferencias desde que los riegos pueden presentarse en cualquier actividad en Chile u en otro país.

Una visión sesgada, desde que se establece como ideal el trabajo en régimen de subcontratación, partiendo de este estado como único posible y recomendable. En este mismo sentido, mira siempre los intereses de la mandante como si el sistema de subcontratación fuere una especie de arteria cordial del sistema de trabajo imperante.

El informe nos hace pensar en la productividad por la productividad, como elemento único y exclusivo del sistema productivo, deshumanizando las relaciones de producción en su contenido esencial, olvidando la Responsabilidad Social de la Empresa (RSE o RSC), en cuanto, al compromiso natural que tiene con la sociedad a quien entrega sus bienes y servicios y, con sus propios trabajadores, a quienes se compromete por mandato legal a cuidar y proteger en términos amplio. Es más, olvidando cuestiones elementales transforma el informe en una acusación a los trabajadores dejando a un lado cuestiones elementales en la Gestión en Seguridad, todas de cargo del empleador.

Otras estimaciones a las que han llegado los investigadores, son el reflejo exacto de una composición increíblemente retardataria, visualizada en épocas pasadas donde se estimaba que del hombre trabajador solo era valorable la fuerza de trabajo y no su experticia, menos aún, su inteligencia y capacidad creativa, es decir, se basan en conceptos discriminadores, deformadores y altamente subjetivos que no tienen ninguna apreciación técnico científica. Resulta un paradigma, que estos trabajos sean financiados por entidades dedicadas a la Salud y Seguridad Ocupacional.

Nuestra primera objeción es que el método de análisis, constructivista y estructuralista, no puede entregar una visión objetiva y ciertamente se basa en la apreciación personal del sujeto observador, quien, conforme a sus niveles de información cultural, valores y principios, concepciones ideológicas del sistema, van a entregar su “particular” visión al caso concreto. Entiendo, que por otros métodos más completos como el análisis psico-sociológico, de cultura preventiva, socio-económico, histórico social, etc., se hubiera llegado a conclusiones más sólidas y de mayor arraigo en la realidad nuestra. De otro modo, digamos que los niveles teóricos del análisis los dejan fuera de los márgenes de una realidad a todas luces clara y elocuente.

Entusiastas de la Cultura Preventiva, desde hace muchísimo tiempo hemos dado algunas pistas por ejemplo sobre la incidencia del gerenciamiento sin visión integral y con indiferencia al trabajo en equipo, desprecio al aporte del conocimiento empírico que puede hacer el sector mando medio o de supervisores; la falta de perfil de los mandos intermedios de la empresa y la dirección estilo “patrón de fundo” que se hace en muchas empresas por el jefe, gerente o administrador. Son fallas garrafales de nuestras empresas. Las que debe desechar a la brevedad para asegurar el éxito en su cometido. De todas, no solo de las del cobre. Ello, se observa en la actividad del retails, pesqueras, forestales, construcción, agrícolas, etc, etc. Se basa esta falencia en la percepción equivoca que el intercambio de ideas rebaja la autoridad.

Un análisis estructuralista o un método constructivista minimizan todo el espectro que emana de la realidad histórica y lo convierte en una fotografía sin dinamismo alguno. En cambio, si estudiamos desde el punto de vista técnico-científico las razones de la actitud y aptitud gerencial, nos daríamos cuenta que los antecedentes históricos y la base, en elementos de dirección cuyo origen ha sido la cultura de la empresa agrícola, es la que aún conduce la mentalidad de las jefaturas, aún cuando estas hayan adquirido formación universitaria. (ver:http://www.gestiopolis.com/canales8/eco/mercado-laboral-en-chile-y-el-acoso-moral.htm)

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Es cierto, que se trata de un problema cultural, pero este problema involucra tanto el área gerencial y su desconocimiento o falta de aplicación de principios elementales como el que la Producción y Prevención, son actividades conectadas e inseparables, como los mandos medios y trabajadores son participantes activos de un sistema de seguridad y salud ocupacional. Todo lo que se refiera a una conducta no atenta al trabajo, en consecuencia, la expresiones sobre la flojera o la culpabilidad en los accidentes de los propios trabajadores, es la respuesta psicológica del estamento superior para suplir su falta de idoneidad en o la dirección de la organización y el compromiso con la SSO. En otras palabras más claras y directas, todo accidente en una empresa implica una incapacidad gerencial, desde que estos ocurren por falta de liderazgo en estos niveles de gestión. Debemos recordar que el trabajador labora sujeto a “subordinación y dependencia”, razones que avalan esa lucubración.

La aplicación en Chile, del Convenio 187 y las exigencias de este en cuanto a realizar una política de seguridad nacional, incluso la aplicación simple de la Certificación FSC, a la que la potente empresa Forestal no había podido acceder en su integridad, dejará al descubierto estas falencias y omisiones y entregará directamente a la Justicia y a la opinión publica a los responsables de ellos. El Presidente de la República y las más altas autoridades han dicho que nunca más habrá en Chile un siniestro como el de la Mina San José de Copiapó, conocido como “El Caso de los 33”, que conmovió al mundo entero, no dudamos de su sinceridad, pero, sí de la eficacia de esta afirmación. El estudio, si bien es cierto, que ha sido financiado por su empleadora, no señala que en parte la actitud de la administradora, a la que los autores rinden su tributo como empresa que maneja los accidentes y enfermedades del trabajo de cientos de laborantes, por lealtad, dado que allí trabajan, no asume un estudio crítico de las fallas de ésta, en el evento aludido y en muchos otros accidentes en las empresas en las que deben, por decreto orgánico, realizar “permanentemente” acciones de seguridad, como lo ordena su Decreto Orgánico Nº 285.

Ese es otro aspecto de las malas prácticas que redundan en los accidentes y opera en general respecto de todas ellas. En resumen, estamos de acuerdo con las conclusiones aún cuando reclamamos su falta de precisión en las causas directas de las fallas u omisiones que denuncia, es decir, omiten en su puntada final señalar que la Cultura Preventiva, es la mayor contribución a representar los errores de conducción de las organizaciones productoras de bienes y servicios, y que la aptitud y actitud gerencial contribuyen extraordinaria y negativamente en la SSO. Propiciamos, con mucha decisión y altamente convencidos, que hoy, se comience con la enseñanza en todos los niveles de la educación, pública y privada, a fin que la Cultura de la Seguridad se haga carne y sangre en nuestra gente, asunto que no es nuevo ni original de este docente, lo dijo ya el Decreto Exento 14 de 1984, del M. de Educación, que obliga a los establecimientos educacionales primarios a entregar a sus educandos una malla educacional que contenga los principios de la Prevención de Riesgos y los antecedentes educacionales y valóricos del tema, a fin que aprenda a se respetar el trabajo y al trabajador, se entienda, que la producción y la prevención marchan juntas, que los trabajadores cuentan con experiencia y son un capital valioso que hay que proteger y que salvo los eventos causados por fuerza mayor extraña al trabajo y los causados intencionalmente, todos los demás son obra de la falta de Gestión en Cultura Preventiva.

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Manuel Segundo Muñoz Astudillo

Nacionalidad chileno, autor de obras relacionadas con la SSO, comentarista y conferencista. Profesor Universitario, Universidad Técnica Federico Santa María sede Concepción, también en Universidad de Concepción invitado. Abogado de profesión y juez civil. Docente en el ramo de Legislación Laboral en SSO. Escribo en www.sso.bligoo.cl página al servicio de los interesados y administra el Grupo Facebook: PREVENCIONISTAS UNIDOS, de más de 32.000 participantes.

Fuente

Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

Manuel Segundo Muñoz Astudillo

Chileno, autor de obras relacionadas con la SSO, comentarista y conferencista. Profesor Universitario, Universidad Técnica Federico Santa María sede Concepción, también en Universidad de Concepción invitado. Abogado de profesión y juez civil. Docente en el ramo de Legislación Laboral en SSO. Escribo en www.sso.bligoo.cl página al servicio de los interesados y administra el Grupo Facebook: PREVENCIONISTAS UNIDOS, de más de 32.000 participantes.
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