Problemas de Algunas Normas de Seguridad

Así nos encontramos que con la normativa de máquinas, incluso la europea, se obliga a que las máquinas móviles, que se utilizan en los centros de trabajo, lleven un aviso acústico de marcha atrás de manera que en cuanto el conductor introduce la marcha el vehículo empieza a emitir un pitido; a veces muy molesto, en especial cuando este sonido se emite en lugares cerrados. No cabe duda de que este sonido está destinado a que los demás trabajadores se aperciban de que hay al menos una máquina que está dando marcha atrás y que por lo tanto ha de estarse atento y comprobar por dónde circula.

Teóricamente esto está muy bien, pero lo que no ha tenido en cuenta el legislador es:

Que el pitido la mayoría de las veces se convierte en molesto.
Que si hay más de una máquina en funcionamiento, cosa muy frecuente, no se sabe cuál de ellas está en movimiento o si lo están varias de ellas.
Que puede inducir al conductor a creer que como ya le oyen los compañeros se apartarán de su camino y que por lo tanto su vigilancia puede relajarse.
Que cuando se produce por las noches es molesto hasta para los vecinos que dan sus quejas por los ruidos innecesarios.
Que en vehículos como camiones que entran, por ejemplo en las obras, el disponer de aviso acústico les causa problemas en las ITV, de tal manera que para pasar la revisión han de anular el aviso acústico, y posteriormente volverlo a activar.

Algunas veces, demasiadas, los propios conductores de estas máquinas anulan el pitido, por innecesario o molesto, con lo cual crean un problema mucho mayor.

Por otra parte estos mismos conductores creen, o pueden creer, que con el pitido son los compañeros los que tienen que estar atentos y retirarse de su camino, cuando de acuerdo con la legislación de circulación vial, es el conductor responsable de que se produzca algún incidente o accidente con la máquina igual que si circula marcha adelante.

Además, cuando suena el pitido, bastante desagradable, el trabajador, en especial cuando trabaja en obras de construcción donde las máquinas no tienen un recorrido fijo ni caminos siempre idénticos, llega a acostumbrarse al ruido y llega a aislarse, con lo que el aviso acústico pasa a ser inoperante, y consiguientemente el riesgo aumenta exponencialmente. Solo de esta manera se pueden explicar accidentes mortales por arrollamiento de trabajadores con vehículos marcha atrás, ocurridos en una calle de Madrid en años distintos y de idéntica manera. ¿Cómo es posible que una compactadora o apisonadora dando marcha atrás a una velocidad que nunca excede de los 5 o 7 kilómetros hora puede arrollar a un trabajador y aplastarlo? Solo puede haber una respuesta: el conductor siempre creyó que con el aviso acústico ya se le oía y los compañeros estarían atentos y él solo tenía que vigilar que la máquina hiciera el recorrido exactamente por donde tenía que hacerlo. Los fallecidos tenían que estar distraídos con su propio trabajo, y acostumbrados al ruido no les servía de toque de atención el aviso acústico.

El exigir al trabajador que maneja la máquina que gire la cabeza cuando da marcha atrás no soluciona el problema ya que el trabajo le lleva muchas veces a tener que hacerlo en situaciones prolongadas, lo que supone una postura muy incomoda para el conductor.

Alguien podrá pensar que con los retrovisores ya está solucionado el problema, y creo que no es así, ya que los retrovisores, al igual que sucede con los automóviles, tienen ángulos muertos, y en estas máquinas mucho más, ya que las dimensiones de las mismas son a veces muy anchas con mucha “carrocería”, impide al conductor visualizar todo el ancho de la máquina en marcha atrás. Además a veces estas máquinas llevan complementos detrás, como por ejemplo la cuchara de las excavadoras, las palas mecánicas, cuchillas niveladoras, etc., que impiden una visión total del campo. Hay zonas, demasiado amplias en las que los retrovisores no solucionan el problema de visibilidad y consiguientemente hay ángulos muertos muy importantes.

Tampoco se ha tenido en cuenta que hay veces que en las obras y en la industria los trabajadores obligatoriamente han de llevar tapones en los oídos por el ambiente de ruido que hay en el trabajo, con lo que se impide oír con claridad el aviso acústico, que solo molesta a los vecinos en las obras de construcción, e incluso en algunas industrias.

Otra cuestión que debería tenerse en cuenta es que se está dando con demasiada frecuencia el uso por parte de los trabajadores de auriculares para escuchar música en las horas de trabajo. Creo que esto debería prohibirse absolutamente en los trabajos, solo por razones de seguridad; un trabajador oyendo música no puede oír claramente un aviso de peligro.

De todas formas, los mayores riesgos de arrollamiento por máquinas se dan en la construcción, que al contrario de la industria, no tiene porque no puede tenerlo, los caminos de circulación de maquinaria señalados de tal forma que en estos casos sería el trabajador-peatón quien deberá tener sumo cuidado de no invadir los viales de las máquinas.

El disponer de una persona que ordene la circulación podría solucionar, al menos en parte el problema, pero debe de tenerse en cuenta que cuando hay camiones, dúmpers, excavadoras, retroexcavadoras, grúas, etc., todas ellas en marcha en lugares a veces distantes unos de otros una persona no puede controlar toda la circulación de maquinaria.

La única solución aceptable a mi juicio, es la de instalar monitores en los puestos de conducción de las máquinas (cabinas cuando las haya), y así el conductor podrá ver siempre lo que hay detrás de él y así se podrían evitar muchos accidentes, algunos de ellos mortales, pero que la mayoría de las veces son graves o muy graves incluso con amputaciones. Debe de tenerse en cuenta que la maquinaria que se utiliza es bastante pesada lo que agrava las consecuencias de los accidentes.

El costo económico de esta propuesta para las empresas es despreciable, ya que aparte de que nada hay que valga más que una vida humana, el precio de la máquina posiblemente no variará nada, si se le añade un monitor con su correspondiente cámara.

Hay otra norma de seguridad, que debería “repensarse” y es el uso de escaleras de mano.

Dice la normativa vigente, que las escaleras deben de sobresalir un metro del punto de desembarco. De acuerdo, ya que creo que esto se hace con la finalidad de que el trabajador, en todo momento tenga un sitio donde agarrarse hasta que abandona la escalera.

En la utilización de una escalera los momentos de mayor riesgo de caída son el desembarco y la entrada.

En ambos momentos el trabajador ha de abandonar la escalera y rodearla, bien sujeto al larguero que debe de sobresalir un metro aproximadamente, pero el trabajador deja la vertical para poner los pies en un lugar fijo.

El trabajador no puede abandonar la escalera saliendo de frente y ha de hacer el movimiento que antes se ha dicho lo que implica riesgo, que podría suprimirse, creo que muy fácilmente.

Podría bastar con que los dos últimos peldaños no existieran, de tal forma que el trabajador salga de la escalera de frente sin necesidad de rodearla al desembarcar o embarcar, que como he dicho, son los momentos de mayor riesgo de caída, pues frecuentemente el trabajador lleva algo en las manos que le impide sujetarse con las dos al mismo tiempo.

Estamos hablando de un sistema muy similar al de las piscinas que tienen unos pasamanos para entrar o salir del agua con seguridad y sin necesidad de rodear la escalera de salida.

Podría pensarse que no tiene importancia el que el trabajador tenga que rodear la escalera para entrar o salir, pero debería de tenerse en cuenta que son los dos momentos en que estadísticamente se suelen producir los accidentes, y si eliminamos una de las principales causas habremos eliminado el accidente, además a un costo cero.

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