A lo largo de los dos últimos años, he hecho un pequeño análisis de las no conformidades más comunes detectadas en los procesos de auditoría, respecto a la gestión de emergencias.
El siguiente gráfico muestra la media de desviaciones en cada apartado del Sistema de Gestión de Seguridad y Salud. La muestra es de 394 empresas pertenecientes a todos los sectores de actividad.
Fuente: elaboración propia
Un 4,8% de las No conformidades detectadas durante las auditorías legales realizadas por Full Audit en los últimos 4 años están relacionadas con la falta de evidencia de la realización de simulacros. El 3,2%, están relacionadas con la falta de formación del personal designado para gestionar las emergencias.
Lo cierto es que una emergencia no es la situación más común, y al menos en las empresas que me han servido como muestreo no hay ninguna que haya vivido una situación de emergencia real de gran magnitud ni consecuencias. Sin embargo, si se diera el caso, la emergencia requiere de una actuación inmediata, con decisión y sin error. Y ahí es cuando surge la pregunta ¿estamos realmente preparados? Creo que el tema merece realizar una reflexión, al menos sobre las carencias más comunes que encontramos durante los procesos de auditoría.
La mayor parte de las organizaciones cuenta con planes de emergencia, manuales de autoprotección u otros documentos con consignas básicas de actuación en caso de emergencia. Es decir, la primera etapa está cubierta, y al menos sobre el papel se han identificado las potenciales situaciones de emergencia y se ha definido un procedimiento de actuación. Pero, ¿es completo dicho análisis?, ¿se identifican la totalidad de las posibles situaciones de emergencia? , ¿Se tiene en cuenta la actuación en turno de noche o durante el fin de semana?
Estas son las carencias más comunes. En conjunto, aproximadamente la mitad de las no conformidades que identificamos en el apartado de “Gestión de emergencias” durante la auditoría legal, tiene que ver con estos aspectos.
Una vez se han definido las medidas de actuación frente a la emergencia, el siguiente paso es comprobar su eficacia, mediante los simulacros. En ocasiones, el tamaño de la organización o sus necesidades de producción representan un obstáculo para la realización de los mismos. Sin embargo, no tienen por qué realizarse siempre simulacros que impliquen la evacuación de las instalaciones por completo, ni que afecten a todo el personal. Lo importante es garantizar que en un periodo razonable, se pueda asegurar que todo el personal de la organización ha participado en un simulacro, especialmente si hay trabajo a turnos y/o durante el fin de semana.
El último factor a considerar es la formación del personal de los equipos de emergencia. ¿Se ha realizado? ¿Esta formación ha sido teórica y práctica?
La formación práctica en emergencias suele suponer un quebradero de cabeza para muchas organizaciones. El tener que desplazar a los trabajadores fuera del centro de trabajo es una de las principales causas que dificultan el desarrollo de esta formación. Sin embargo cada vez es mayor la oferta de formación práctica in Company, con un coste que suele ser menor y con versatilidad para adecuarse a las necesidades de cada cliente.
Uno de los equipos fundamentales en la gestión de una situación de emergencia es el Equipo de Alarma y Evacuación. Se da la circunstancia de que en muchas ocasiones, este equipo está formado por el personal de control de accesos, lo cual tiene toda la razón de ser, puesto que dicho personal suele ubicarse en el centro de comunicaciones donde se encuentra tanto la centralita telefónica como la central de detección y alarma. Sin embargo, en muchas ocasiones, este personal pertenece a una empresa externa y encontramos que no dispone de formación (al menos documentada) sobre el procedimiento de actuación en caso de emergencia, más allá de la información general que se entrega a cualquier subcontrata. ¿Es esto suficiente?
Es indiscutible que este personal tiene conocimiento sobre el funcionamiento de la central de detección y alarma, dado que son quienes manejan el sistema silenciando las falsas alarmas, anulando zonas de detección en caso de necesidad por mantenimiento o reparación, etc. Sin embargo, ¿podemos asegurar que conocen el procedimiento de comunicación de la emergencia? Y sobre todo ¿el personal que trabaja en turno de noche o durante el fin de semana lo conoce?
Por último, os dejo algunas reflexiones que seguro os pueden resultar de utilidad a la hora de abordar la gestión de las emergencias en vuestras organizaciones:
- ¿Has considerado las posibles rebajas en la prima del seguro como consecuencia de la mejora de las condiciones en la gestión de emergencias? Quizás este sea el mejor argumento de venta ante la Dirección de la empresa para lograr un impulso en la gestión de las emergencias.
- ¿Has tenido en cuenta la posibilidad de fenómenos naturales extremos que son cada vez más frecuentes? Puedes encontrar proyecciones climáticas para el SXXI regionalizadas aquí: http://www.aemet.es/es/serviciosclimaticos/cambio_climat
- Podemos aprender de otros países: en China, por ejemplo, todas las señales de evacuación se encuentran a nivel del suelo. De esta forma, ante una situación de fuego real con humo, en la que se recomienda evacuar agachado, es más fácil identificar las rutas de evacuación.
Elena Castro del Río
Auditora Jefe y Responsable del Área Internacional Full Audit, S.A.
Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
