El pasado 1 de junio una marea humana recorrió las calles de media Europa, cientos de manifestaciones tuvieron lugar en Francia, Italia, Portugal, Grecia, Chipre, Eslovenia, Inglaterra y España, para protestar contras las medidas de recortes que se están imponiendo a la ciudadanía. Medidas que están provocando un paro masivo, una pobreza absoluta, e incluso, una desesperación total, empujando a muchas personas en casos extremos al suicidio. Y es que ya no se trata de un problema meramente económico, sino que  nos enfrentamos a una cuestión de salud pública. 

Una cuestión que ha quedado perfectamente detallada en el reciente estudio publicado por el Centro de Investigación de Salud Laboral de la Universidad Pompeu Fabra, y en el que ha intervenido el Instituto Sindical de Trabajo Ambiente y Salud (ISTAS, CCOO), expertos de varias universidades españolas y norteamericanas, y la Unión de Mutuas, un informe, con el de forma muy certera,  se ofrece una visión integral del estado de la seguridad y la salud laboral en la primera década del siglo XXI en España, describiendo  el contexto socio laboral, las condiciones de trabajo, los daños a la salud, y el impacto de la crisis, comparando el periodo previo a la crisis, 2001-2007, con el posterior 2008-2010. El estudio ha analizado la salud laboral en los años de mayor crecimiento económico y de empleo y muestra también los efectos de la crisis y el aumento del paro sobre la salud laboral y las políticas preventivas, y entre las conclusiones que se han podido extraer se encuentran: 

  • En relación a la percepción que tienen los trabajadores y trabajadoras a la exposición de los riesgos laborales, se ha podido comprobar que en el caso de los hombres hay una mayor prevalencia a los riegos higiénicos (químicos, físicos o biológicos) y de seguridad, y en las mujeres a los riesgos psicosociales y ergonómicos, más relacionados con las formas de organización del trabajo. En este sentido, salvo en los riesgos de lesión por cortes y pinchazos, durante estos diez años, los trabajadores no han percibido mejoras sensibles ante la exposición a la inhalación de productos tóxicos, las vibraciones, el ruido, la monotonía y los accidentes de tráfico. Especialmente, las mujeres perciben una mayor exposición a las posturas dolorosas, la realización de movimientos repetitivos y la manipulación de cargas pesadas. 
  • Sobre las cuestiones relacionadas con la autopercepción de la salud, los hombres manifiestan una percepción más positiva de su estado de salud general que las mujeres. En el caso de las mujeres que trabajan manualmente sólo el 50% de este colectivo tiene una percepción en positivo. Los autores del estudio destacan las desigualdades en materia de salud laboral, ya que los trabajadores de PYMES, las mujeres o los inmigrantes están más  desprotegidos. 
  • En el apartado de gestión de la prevención se confirma que el modelo empresarial está basado en la externalización de la prevención por parte de empresas privadas (Servicios de prevención ajenos), se constata que alrededor tres de cada cuatro empresas optan por contratar un servicio de prevención ajeno. Además con las crisis están reduciendo las partidas presupuestarias en prevención, y prescindiendo de algunos de sus servicios, relegándose en muchos casos la actividad preventiva a una cuestión meramente testimonial, de hecho el informe refleja que las actividades principales corresponden tan sólo a la vigilancia de la salud (reconocimientos médicos) y la evaluación de riesgos, dejando a un lado cuestiones vitales como la formación e información de las y los trabajadores. 
  • En relación a la participación de los trabajadores y trabajadoras, se considera que se ha visto consolidada, sin embargo, aún queda un número significativo de empresas cuyos trabajadores no cuentan con delegados y delegadas  de prevención, o no tienen constituido su Comité de Seguridad y Salud Laboral, dificultando la implicación y participación en la prevención de riesgos laborales.
  • El estudio señala como una de las grandes debilidades la imperiosa necesidad de abordar el capítulo de enfermedades profesionales, ya que como se ha venido denunciando desde CCOO, prácticamente no se reconocen, ni se detectan y por lo tanto no se previenen. 
  • El informe refleja a su vez, que es verdad que la mortalidad por accidente de trabajo descendió a lo largo de la década, casi un 60% en los hombres y un 70% en las mujeres. Mientras en 2008 murieron 810 personas en accidentes laborales, en 2012 la cifra descendió hasta los 444, según datos del Ministerio de Empleo. Sin embargo, en el año 2013, aunque en el caso de los accidentes graves y leves se mantiene la tendencia y reflejan una disminución, en el caso de las víctimas mortales se ha producido un repunte de un 19,2%, respecto al 2012. Lo que viene a corroborar cómo las condiciones han empeorado con la crisis económica y las últimas reformas laborales, le han dado a las empresas más capacidad de decisión de forma unilateral.
  • En este sentido desde CCOO se ha denunciado que hay muchos accidentes laborales que ya no se registran porque el miedo de los trabajadores a las represalias o incluso a perder el trabajo, hace que no se utilicen los recursos que existen legalmente a su disposición, a este hecho se le une que en la actualidad se estima que entre un 7 y un 10% de los trabajadores se encuentra  en economía sumergida, lo que supone más de un millón de activos sumergidos, tal y como ha afirmado uno de los autores del estudio, Fernando Rodrigo, Exdirector de ISTAS. 
  • Por último, una de las conclusiones más impactantes ha sido la de que el desempleo masivo es el principal problema de salud publica, y en palabras propias de Fernando Rodrigo; podemos afirmar que “en nuestro país los efectos de esta situación son tremendos, la gente se siente vulnerable, sufre cuadros psicofísicos muy notables, se multiplica la atención psiquiátrica, el consumo de psicofármacos, tabaquismo, alcoholismo y crecen los suicidios. 

Por lo que sólo podemos acabar el artículo tal y como lo empezamos, la situación por la que estamos pasando no es un problema meramente económico, sino una CUESTIÓN DE SALUD PÚBLICA, que nos afecta a todos y todas.

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BOICCOOT a la Siniestralidad Laboral, nº 135

Secretaría de Salud Laboral y Seguridad Social de CCOO Castilla y León

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Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.

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