En general, todos sabemos dar una definición biológica de la alimentación, es decir todos tenemos más o menos claro que si no comemos, al final acabamos muriendo de inanición. Menos valorados son los componentes culturales, sociales, económicos y psicológicos que influyen en la alimentación del sujeto y perfilan su conducta alimentaria. Es por ello que los cambios al modelo de vida actual de las sociedades desarrolladas implican la aparición de enfermedades antes menos presentes a la sociedad. Nosotros vivimos en un patrón industrial, la vida de nuestros abuelos estaba más enfocada en un sistema agrícola, ganadero y por ende con un patrón de actividad física distinto y una producción alimentaria más enfocada a la agricultura y ganadería familiar. El patrón actual corresponde a un perfil laboral sedentario en el plano de la actividad física y desde el punto de vista alimentario corresponde a alimentos a veces excesivamente calóricos, rica en grasas, sobre todo de un perfil saturado, y proteínas, sodio y bajos en hidratos de carbono. Esto ha tenido como consecuencia el aumento de la incidencia de enfermedades como el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión, afección cardiovascular y determinados tipos de cáncer relacionados con la alimentación.
¿CÓMO INFLUYEN ESTOS FACTORES EN NUESTRO TRABAJO?
La combinación de trabajos sedentarios de tipo administrativo o los derivados del sector de servicios y un perfil alimentario más bien poco saludable como el citado anteriormente, hacen aumentar nuestro riesgo cardiovascular, nuestra tensión arterial, los niveles de colesterol y triglicéridos, la probabilidad de desarrollar enfermedades tipo diabetes y algunos tipos de cáncer. Todas estas patologías afectan de manera importante a la calidad de vida de las personas que las padecen y es fácil que el ámbito laboral se vea afectado. 
Por otra parte, sectores en los que el trabajo de carga está más presente como pueda ser la construcción y contando con que vivimos en un país en el que se alcanzan temperaturas elevadas en verano los golpes de calor asociados a una hidratación deficitaria o a deshidratación pueden ocurrir más fácilmente en este tipo de condiciones. Este tipo trabajo lo podríamos comparar a una práctica deportiva de levantamiento de pesos en tiempos más o menos prolongados, siendo los hidratos de carbono un sustrato energético muy utilizado en estas disciplinas, pudiendo por lo tanto influir en el esfuerzo físico que el trabajador realiza y en consecuencia en su rendimiento laboral. No hay que olvidar que vivimos en un país en el que el consumo de alcohol está muy inmerso en la cultura popular y es importante tenerlo en cuenta, ya que el consumo de alcohol es causa de muerte en accidentes de transporte in itinere, depresión, ataques psicóticos y muertes por suicidio. Todas las afecciones nombradas pueden tener consecuencias dramáticas para nuestra salud, pero también un impacto económico importante para la empresa, ya que se traducen en bajas laborales. Queda patente pues que la alimentación está relacionada con nuestro tipo de trabajo, ya que el ambiente laboral cambia según el puesto de trabajo, lo que puede hacer modificar nuestros hábitos alimentarios y nuestra actividad física y ello desencadenar enfermedades que afecten a nuestra salud laboral y rendimiento. Es por todo ello que una educación nutricional básica para la plantilla puede ser una herramienta preventiva muy útil de cara a prevenir enfermedades y afecciones directamente relacionadas con la alimentación y la actividad física haciendo esto más eficaz nuestro plan de riesgos laborales. Visto la la importancia de la alimentación en todos los ámbitos de nuestra vida, y en concreto el laboral, desde Prevention world te proponemos el curso “Alimentación saludable como estrategia preventiva en riesgos laborales”, donde obtendrás conocimientos sobre Educación nutricional básica, aplicación de estrategias dietético-nutricionales básicas en la prevención de riesgos laborales así como la mejora de la calidad alimentaria de los trabajadores en pro de su rendimiento laboral.
Francisco José Valiente González
Gerente de la empresa NACOM (Nutrición y Alimentación). Diplomado en Nutrición Humana y Dietética, Licenciado en Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Máster en Cineatropometría y Nutrición Deportiva, Postgrado en Sobrepeso y Obesidad. Amplia experiencia en el campo de la asesoría dietético-nutricional tanto a particulares, como empresas y asociaciones.
Este contenido ha sido publicado en la sección Artículos Técnicos de Prevención de Riesgos Laborales en Prevention world.
